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                                                 Louis no está acostumbrado a los silencios incómodos. Menos cuando se trata de Niall y de él.

No con tantos años de amistad y de confianza.

Pero ahora, Niall sólo lo mira, y lo sigue mirando. Sentado en la silla frente a él, sus brazos cruzados sobre su pecho, esperando a que Louis diga algo. Porque, después de todo, él pidió hablar en privado.

Aunque no esperaba que fuera de inmediato. Esperaba que fuera en tres horas o al día siguiente. Ahora, Louis tiene que hacerle frente a una conversación que no preparó con tiempo.

Louis se quedó con Niall en la sala de conferencias después de que todos se fueran. Una cosa que está empezando a pasar muy a menudo. Manos sudorosas, la herida de la pierna y la costilla doliéndole sólo un poco, sin llegar a ser molesto. No está en una silla de ruedas como Max, y lo agradece, pero usa muletas para caminar hasta que pueda apoyar bien la pierna sin caer directamente al suelo.

Las heridas no fueron tan superficiales como Louis esperaba, hubo una gran cantidad de pérdida de sangre y montón de suturas y puntos, entre otras cosas. Louis realmente estaba entre la línea de la conciencia y la inconsciencia, entre lo oscuro y lo claro. A veces aquí, allá; otras veces, nunca sabiendo exactamente dónde. Su piel es tersa y tira cada vez que trata de estirar o apoyar la pierna, doliendo un poco pero no lo suficiente como para que Louis no intente de nuevo. Una y otra y otra vez hasta conseguirlo y un poco de sangre brota de la venda.

Tuvo que contarle todo el ataque a Niall, ya que el equipo de rescate no dio todos los antecedentes porque, en su mayoría, los vivió Louis. Demasiado ocupado tratando de salvar las vidas de sus compañeros y encontrar la mayor información posible para no llegar con las manos vacías.

Los habían emboscado en Italia cuando trataron de escabullirse de uno de los helicópteros de La Alianza que los había seguido desde Irlanda. Habían tratado de confundirlos, para que no atacaran el helicóptero que llevaba a los rehenes que habían rescatado, desviando su atención a ellos, así los rehenes llegaban bien a la base militar y ellos llegarían después.

Louis pudo notar que funcionó, no de la manera que esperaban. Pero funcionó.

Dieron la vuelta hacia Italia, tratando de entrar por ese lado mientras el otro helicóptero esperaba la señal para partir hasta Londres. Sin embargo, interceptaron una grabación en cuanto aterrizaron para recargar combustible en uno de los lugares más desiertos que pudieron encontrar. Louis, quizá, estaba demasiado feliz por tener otra misión de inmediato, y así, matar dos pájaros de un tiro.

Sin embargo, en cuanto pusieron un pie en la base militar de Italia, incluso, a pesar de haber desactivado y monitoreado todo el terreno sin que hubiese llegado ninguna señal de algún ataque posible, los atacaron de todas maneras. Y, luego, los tomaron presos.

Los torturaron por casi una hora, atados a barras de metal con unas esposas antiguas que Louis no veía desde los movimientos civiles del 2009, tratando de hacerlos hablar. Claire defendiendo a Tray de los electrochoques, colocando su cuerpo sobre el suyo, aunque no pudo protegerla de las balas en su intento de escapar y murió desangrada frente a sus ojos.

Estuvieron así casi por cuatro días. Louis había sido golpeado reiteradas veces, su ojo derecho hinchado, al igual que casi toda su cara. Volviéndose morado después, para pasar a un verde, después amarillento, decolorándose con el paso del tiempo. Su labio inferior roto, labios secos, sangre por todas partes.

Rodríguez había sufrido lo mismo, quizá un poco menos por no hablar absolutamente nada, por saber controlar su boca; en comparación con Max y Louis, que tenían problemas con morderse la lengua. Hablando sarcástica e insolentemente en los momentos menos indicados.

Drop the game. [Larry Stylinson] [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora