48: Arréglalo

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Malya

La conocida de Merche, una tal Aye, atiende el teléfono y dice que enviará refuerzo, mientras tanto seguimos buscando la salida. Un pasillo, otro, hasta que al fin reconocemos la puerta, pero hay un montón de personas en esta sala, sería imposible pasar desapercibidos.

―¿Van a alguna parte? ―Oímos detrás y ya es obvio quien es.

―William ―expresa Merche con notable enojo.

―¿Por qué tanto odio? ―Se ríe―. Yo solo quería jugar.

Este juego es macabro.

―Nos liberas, nos atacas, nos vuelves a encerrar ―me quejo―. ¿Qué estás planeando?

Continúa sonriendo.

―Jugar, como un niño pequeño, tendiendo una trampa.

Edgard hace puchero.

―¿Por qué los malos siempre tienen que ser tan guapos? ―Levanta un mechero que le robó al mismo hombre que noqueó Merche para obtener el celular―. Pobre gente, hay que quemarla.

―¡Uf! ―exclama Eiden―. Lado destructivo activado.

El hermano se quita la chaqueta y la enciende fuego, luego le sonríe a Merche.

―Tu distracción ya está lista. ―Tira la estrujada chaqueta al interruptor de la puerta y este explota cuando chocan.

―¡¿Qué tenía eso?! ―grito asustada―. ¡¿Alcohol?!

―¡¡Sí!! ―grita mi mejor amigo y vemos como toda la puerta eclosiona de una manera descomunal, que todos salimos volando para atrás.

―Si antes tenía calor... ―El primero que se levanta del suelo es Eiden, al ser el que estaba más lejos de la puerta―. Ahora tengo más. ¡¿Nos podemos ir?! ―grita y nos ayuda a pararnos, comenzando así, todos a correr.

Vemos como varios nos persiguen, incluido S, pero cuando escuchan las sirenas de la policía, algunos se detienen. William se esconde detrás de la pared, al visualizar a la morocha que sale de su auto, y hace una señal para que sus seguidores retrocedan.

Parece que la reconoció.

En un momento a otro, ya no hay nadie más, pero lo extraño no termina ahí. Mi hermana se acerca hasta esta mujer, y de manera desconfiada, la interroga.

―¿Solo tú viniste? ―Entrecierra los ojos ―. No avisaste, ¿por qué?

La mujer morocha se mantiene seria, luego sonríe.

―Estoy en una investigación muy importante, todo a su debido tiempo.

Merche se lo piensa y su ánimo cambia.

―Ciertamente, sabes cómo lucirte, Aye.

―Área de investigación, lo recuerdo ―acota Eiden―. Entonces, sabes que...

―Sé perfectamente quien está detrás de todo esto. ―Señala el edificio con tranquilidad―. No tienes de qué preocuparte, tengo todo controlado.

―Si Aye lo dice, Aye lo hace. ―Se ríe Merche.

―¿Y quién es como para que le tengas tanta confianza? ―expreso insegura.

Esta mujer no me genera confianza y no sé por qué.

―Hicimos un operativo juntas ―responde mi hermana.

Perversa Oscuridad: Enfrentadas [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora