Todos tenemos un pasado

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Quinn

Entro en nuestra casa y me paseo por el salón como si de un león enjaulado se tratase.

¿Que otras cosas ha estado ocultándome mi mujer?
¿Y por qué no me quito de la cabeza imágenes de ellas dos juntas?
-¿Quinn?
Me vuelvo hacia ella, quien se muerde nerviosa el labio.
Estoy realmente tentado de follarmela justo aquí mismo.
Avanzo a pasos agigantados hacia ella y la empujo contra el sillón.
Muerdo sus labios antes de darle la vuelta y doblar su cuerpo para que se amolde con el sillón.

Acaricio su espalda y bajo hasta su delicioso trasero.
Quería esperar un poco más, pero creo que este es tan buen momento como cualquier otro.
-Voy a desnudarte y luego te follaré, así tal y como estas. Voy a meterme tan dentro de ti que me sentirás por todo el cuerpo.
Como mis manos siguen sobre su cuerpo, la siento estremecerse.
Me relamo solo de pensar lo que se avecina.

Desabrocho sus tejanos y los bajo junto a sus braguitas de encaje.
Sus gemidos no tardan en oírse y eso solo hace que mi erección crezca.

Imágenes de mi nena con Aurora cruzan mi mente de nuevo.
Libero mi miembro y me adentro en ella de una sola estocada, haciéndola jadear.
-¿Pensabas contármelo alguna vez?
Roto mis caderas despacio, sabiendo cuanto ama ella que haga esto.
-No pensé... No creí que que importase.
Me detengo de golpe y empiezo a salir de ella.
-¿Después de todo este tiempo y aún no has entendido que todo en ti me importa? ¿No entiendes que eres toda mi vida?
La penetro de nuevo y acelero mis movimientos.
Las paredes de su vagina me indican que está cerca, pero no voy a dejarla correrse.
Salgo de nuevo y espero, con la respiración acelerada.
Hago esto un total de tres veces.
Dudo mucho que pueda mantener esta situación mucho tiempo.
Espero un poco.
Si la toco ahora, se correrá y todavía es pronto.

Unos minutos más tarde, paso un par de dedos por sus labios inferiores.
Está totalmente lista.
Extiendo su humedad hasta el pequeño agujero trasero.

-Por favor, Quinn...
-¿Que quieres?
-A ti... Por favor... No lo soporto más...
-Todavía no, nena.
Meto un dedo y lo muevo despacio.
Quiero que se acostumbre.
Poco después añado otro. Y poco después, otro más.
Ver mis dedos desaparecer en su pequeño y apretado agujero me está volviendo loco.
-Espero que estés lista, nena.
-¡Hazlo!
Saco los dedos y guío mi polla hasta su abertura.
Verla desaparecer como poco antes habían hecho mis dedos me pone más duro si es posible.
Embisto de golpe cuando llego a la mitad.
La penetro una, dos, tres veces mientras acaricio su pequeño botón hasta que la siento contraerse.
-¡Correte, nena!
Con un grito se deja llevar y como siempre, yo la sigo.

Una hora después, mientras acaricio su pelo, teniéndola sobre mi, pienso que poco importa el pasado que tenga, porque su vida antes del rancho la trajo hasta mi y aunque soy bastante cabezota, puedo admitir libremente que mi vida seria una puta mierda sin mi nena.

Persiguiendo un sueño (Serie Love 10) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora