Capataz

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Quinn

Seco el sudor de mi frente y enciendo el puro que hace rato deseo fumar.
Mi nena lo detesta, pero es una costumbre de hace años y es difícil cambiar a un perro viejo.
No es que yo lo sea, por supuesto.

Quizá debería acercarme a ver a Jackson.
Me sorprende enormemente no haberle visto en toda la mañana.
Normalmente, salimos a la misma hora. Justo cuando sale el sol.
Son casi las diez y no hay rastro de él.

Jenna y yo hemos estado unos días fuera.
Nos casamos hace una semana.
Fue una ceremonia rápida en la que solo acudió Jackson, además del párroco del pueblo.

Yo no tengo familia y Jenna tampoco.
Jackson es lo más parecido a un hermano que tenemos.
Todavía recuerdo como me advirtió cuando Jenna empezó a trabajar para él hace seis años.

Quedé prácticamente flechado en cuanto la vi.
Y no descansé hasta que ella aceptó salir conmigo.
De ninguna manera iba a permitir que ella acabase casándose con otro.

Muchos mozos babean al verla.
Incluso el veterinario del pueblo alguna vez insinuó que podían salir a tomar una copa.
Ni de coña.
Jenna es mía. Mi nena.

Y hablando de ella, será mejor que vaya a ver si el desayuno está listo.
Necesito fuerzas para seguir.

Entro por la puerta trasera de nuestra casita.
Es pequeña, pero suficiente para los dos.
Siempre podemos añadir más habitaciones en caso de querer agrandar la familia.
Sinceramente, es lo que más deseo.

-Buenos días, nena.
Ella se vuelve con una taza de te en las manos y me sonríe.
Sin duda, es la mujer más hermosa del mundo para mi.
-¿Huevos revueltos y beicon?
-Perfecto.
Asiente y empieza a prepararlo.

Me acerco a ella por la espalda y la giro hacia mi cuerpo, atrapándola entre este y la encimera.
-¿Dormiste bien?
-Muy bien. Gracias.
-¿Estas dolorida?
Niega al mismo tiempo que su piel enrojece de vergüenza.
Amo ver así a mi mujer.
Y desde luego, amo mantenerla despierta mientras me hundo profundamente en ella. Una y otra y otra vez.

Me acerco un poco más para besarla, pero ella entrecierra los ojos y arruga la nariz.
-¡Fumaste!
-Si.
-¡Lo detesto, Quinn! Me da arcadas el olor...
-Lo sé, y lo siento. Las viejas costumbres tardan en desaparecer.
-Está bien. Ve a lavarte mientras termino esto.
Esbozo una sonrisa y le robo un beso antes de alejarme por el pasillo.
No puedo evitar soltar una carcajada cuando la escucho despotricar.
Es jodidamente maravillosa.

Lavo mis manos y enjuago mi boca antes de dirigirme de nuevo a la cocina.
Me detengo cuando veo a mi amigo, abrazando a mi mujer y levantándola en volandas.
-¿Que cojones haces, Jackson?
Me digo a mi mismo que no son celos, pero mi mente no atiende a razones.
Jenna es mi vida y cualquier hombre cerca de ella supone una amenaza.
Si no supiese a ciencia cierta que mi amigo la ve como a una hermana...
-Vine a saludar y a preguntar por vuestra luna de miel. Y bueno... También necesitaría que me prestases algo de ropa Jenna.

Creo que no soy el único que lo mira incrédulo. Mi nena está igual.
-Estoy segura de que no es para ti, así que ¿que estás ocultando?
Jackson sonríe misteriosamente antes de mirarnos fijamente.
-Ella está aquí. La chica de mi sueño. La chica a la que haré mi mujer.

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Aquí están Quinn y Jenna.

Aquí están Quinn y Jenna

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Persiguiendo un sueño (Serie Love 10) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora