Percy Jackson Y La Última Gran Profecía

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Percy Jackson
Y La Última Gran Profecía 

Capítulo 22. Entrada al abismo

 Los pasos de un interminable ejército retumbaban por todo el inframundo, filas interminables de Spartus, con sus escudos, espadas o lanzas, avanzaban en dirección a un foso enorme, casi en la orilla, Eris seguía revisando cosas en su tablet, mensajes iban y venían, así como los soldados esqueleto saltaban sin pensarlo en el foso, que no era más que la misma entrada al Tártaro. 

"Los Spartus comenzaron el avance y descenso al Tártaro desde ayer" decía uno de los mensajes enviados por Eris y que Tanatos había recibido en su celular, mientras bebía un té en el balcón junto a la mesa de ajedrez. 

Las puertas se abrieron, Hipnos entró tomando asiento y pidiendo un té también al fantasma mayordomo. 

-Todo va como lo planeamos Hipnos, me atrevo a decir que incluso mejor- dijo Tanatos dando un sorbo a su té mientras las piezas de ajedrez aparecían en el tablero. -¿Una partida hermano?-

-Con gusto- respondió el dios del sueño tomando la taza de té de la bandeja plateada que traía el fantasma. -¿Como va Eris con la incursión al Tártaro? He estado ocupado arriba con Fantasos y Morfeo, así que no he sabido que tal va eso.- la solicitud de Hipnosis hizo suspirar al Tanatos mientras movía un peón. 

-El ejército se comenzó a movilizar ayer, ha saltado y cerca de la cuarta parte del ejército ya.- explicó Tanatos -Oh si, y mi nueva adquisición ha ido con Nico a recuperar los drakons que escaparon durante el asalto romano a la cueva de Aclis.- Las noticias dadas por Tanatos sobre los drakons pareció dar un aire de confianza a Hipnos.

-Asi que los enviaste a ambos- Hipnos sonrió realizando el conocido movimiento de enroque. 

-Si, ademas, el mismo Quiron se encargó de hacer que mi arma más preciada regrese a mi, y la envío con la mejor escolta que podría ofrecer el Campamento Mestizo.- dijo Tanatos a su hermano con una gran sonrisa sarcástica en su rostro, mientras sus ojos dorados analizaban en segundos el tablero, e hizo su movimiento adelantando un peon. 

La luz de los rayos que viajaban por el inframundo y los lamentos en los campos de castigo eran como música clásica para los dioses gemelos, quienes disfrutaban de su partida de ajedrez y su taza de té. El celular de Tanatos vibró al recibir un mensaje de Eris, lo que pareció molestar a Hipnos por interrumpir su turno.

-Deja eso Tanatos y juega de una buena vez- dijo Hipnos con tono molesto e impaciente. 

-Tranquilo Hipnos, Eris avisa que ya envió la cantidad requerida al Tártaro- se excusó el dios de la muerte colocando el celular en una mesita junto a él.

-Entonces el primer flanco esta cubierto para el ataque, pero quiero saber a quien enviaras por las puertas Tanatos.- consultó Hipnos curioso. 

-Obviamente seré yo quien vaya, pero será luego de encargarme de recibir mi propiedad, y encargarme de los mensajeros que la traen por la puerta trasera.- Sonrió Tanatos de manera maliciosa. 

-Te has vuelto caprichoso- espetó Hipnos mirando a su hermano hacer una jugada dejándolo en jacke.

-No es un capricho, solo reclamo lo que es mio por derecho Hipnos- corrigió Tanatos a su hermano. 

Los dioses gemelos tardaron al menos una hora en su partida, discutían cada detalle de su plan y otros asuntos, las piezas caían en jacke una y otra vez, al final solo quedaron ambos reyes, una reina, un alfil de cada uno, y una torre, los dioses se detuvieron a observar cada jugada posible por parte del otro, y dando paso a diferentes movimientos, solo quedaron ambos reyes en pie. 

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