Percy Jackson Y La Ultima Gran Profecia

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Percy Jackson
Y La Ultima Gran Profecía

Capítulo 9. Innecesario

Los pasos apurados de Tántalo en aquel piso de finos adoquines de cerámica negra de aquella mansión, resonaban por todos los pasillos, su expresión no era de enojo o frustración, era de total miedo, como si su vida dependiera de llegar a algún lugar en aquella mansión oscura y tenebrosa.

Los ventanales gigantes de aquel corredor permitían ver un ambiente oscuro, campos interminables y lo que parecía un cielo en lo mas oscuro de la noche. Tántalo se apresuro casi al borde de echarse a correr, hasta que luego de unos cuantos giros, y subir unas escaleras, llegó a unas enormes puertas, estas eran de hierro estigio, labradas con gran destreza como se hubiesen hecho en tiempos antiguos.

Sobre las puertas danzaban imágenes funestas, caras esculpidas en niebla qué representaban una puesta en escena del abandono de las almas de los cuerpos mortales.

Tántalo tragó en seco cuando escuchó el rechinar de ambas puertas al abrirse, le tomó unos segundos pero entró, un balcón era bastante amplio y aún así no salía de los limites de aquella enorme mansión.

Un pequeño pasillo con dos columnas a cada lado, hechas de fino mármol, al final del balcón una mesa cuadrada, con dos individuos sentados en extremos opuestos, jugando al ajedrez, uno era Hypnos, vistiendo su traje de negocios, sin corbata y con su camisa desabotonada en el pecho, y el otro era exactamente igual, casi un clon perfecto, excepto por su color de piel morena y por su largo cabello totalmente negro, contrastando con el pálido y rubio Hipnos.

-¿Quería verme señor Tanatos?- Preguntó el temeroso hombre, esperando a que el dios de la muerte terminara su jugada para no desconcentrarlo.

-Hipnos me informó que el salvoconducto ya no sirve, y que ahora deberemos trasladar los colmillos en un solo embarque hasta el inframundo- Los ojos dorados de Tanatos se fijaron en Tántalo, quien lucía nervioso al escucharlo.

Tántalo comenzó explicar -Señor... Todo es culpa, de Percy Jackson, el hijo de Poseidón. -dijo.

Tanatos movió un alfil, eliminando una torre blanca de Hipnos - Jaque - dijo y dirigió su atención a su sirviente. - ¿Por qué no dices de una vez que mi hijo esta involucrado? ¿tienes miedo de decirlo?- Tanatos rió al decir eso, su voz era suave, parecida a la de Hipnos, el cual esbozó una sonrisa burlona, dándole a entender que él ya le había dicho todo a su hermano.

-Tántalo, le fallaste a mi hermano, y por tu error, arriesgaste la integridad del plan, debería lanzarte a los campos de Asphodelo.- dijo Hypnos mirando a su derecha a los campos interminables que se podían apreciar, sus ojos purpura vivo, admiraban a las miles de almas ahí, siendo castigadas.

La expresión de Tántalo para con Hipnos era más de desprecio que de miedo o respeto, Tanatos lo había elegido a él para tener el control de todo el proceso sobre el plan, el cual para el rey maldito se fue truncando poco a poco desde que el Dios del sueño se comenzó a inmiscuir en el desarrollo que tanto trabajo le llevó a Tantalo confeccionar, ademas que Tanatos pusiera a Aclis como supervisora general, por sugerencia de Hypnos puso a Tántalo un poco inconforme.

-Hemos manejado esto como si fuese una empresa de comercio masivo, una gran idea de tu parte Tántalo, pero... -Tanatos coloco su reina frente al rey de Hypnos -Jaque mate hermano- dijo con una calida sonrisa en su rostro, Hypnos vocifero algo al analizar y ver que el juego había finalizado un poco antes con ese movida, y se puso de pie recostándose en las baranda de piedra y mármol de estilo griego al borde del balcón.

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