Percy Jackson Y La Última Gran Profecia

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Percy Jackson
Y La Última Gran Profecía

Capítulo 15. Caídos

El ejército romano terminaba de reducir a los espartus a polvo, Reyna trató de detener a Jason cuando este salto por encima de la legión con ayuda de los vientos, dirigiéndose hacia el grupo que enfrentaría a Tanatos, liderado por Piper y Hazel, quienes recibieron el apoyo de Frank transformado en un gran dragón.

La amenaza del grupo de semidioses parecía no intimidar al dios de la muerte, quien dirigió una mirada al cielo justo cuando Jason derribo al dragón Frank hiriendolo en la espalda, haciéndolo caer sobre su grupo, y aturdiendolos con el golpe de su peso al caerles encima para luego recuperar su forma humana, Reyna se desvío en su pegaso tratando de alcanzarlo pero no logró hacerlo.

El dios colocó su taza de té en su mesa y se levantó, riendo de la forma más sinica y siniestra, cuando las espadas de Jason se juntaron formando una tijera, todos estaban tan aturdidos, Hazel estaba horrorizada por lo que estaba apunto de pasar, Piper gritó tan fuerte cuando Jason imprimió su fuerza para intentar cercenar la cabeza del pretor.

-¡Jason detenteeeee!- Gritó, tan fuerte como sus pulmones y sus cuerdas vocales le permitieron.

Jason se detuvo justo a centímetros, no por la orden de Piper, Hazel lloraba con su brazo extendido, frunciendo en seño por la concentración, usando su poderes, controlando la armadura y los brazaletes de oro de Jason para mantenerlo inmóvil, el hijo de Júpiter gruñia y fruncia en seño, sus brazos estaban tensos por la fuerza que ejercían al tratar de cerrar la tijera de espadas.

Tanatos, quien había dejado de reírse, protestó. -¿Pero que hicieron? Le quitaron la diversión.

La sombra del pegaso de Reyna estaba sobre él, y se dejó ir en picada atacando al dios, pero antes de alcanzarlo, el pegaso se desplomó, Reyna cayó a los pies de Tanatos, confundida por lo que había pasado, y como su pegaso solo había dejado de moverse y caído al suelo, eso sin embargo no le quitó su determinación, aun enfrentando a un dios, la pretora hija de Bélona se puso en pie empuñando su espada frente al dios.

Bajando la colina el ejército de semidioses romanos tomó nueva formación de falange, está vez en forma clásica, y avanzó donde se encontraban todos.

Reyna dio un ligero vistazo a Jason, su mirada se volvió triste, y al regresarla a Tanatos cambió a una totalmente de odio. -Lo que hiciste no tiene perdón, cuando los demás dioses se enteren serás castigado, pero antes probaras el filo de una espada romana, Tanatos- Le amenazó Reyna.

-¿Los demás has dicho? -Se mofó la voz de alguien más, tras Tanatos uno de los agujeros de gusano se abrió, dando un apabullante golpe de viento que hizo a Reyna y todos los demás caer, lanzando a Jason unos metros atrás dejando libre a Frank, el golpe del viento generado por la apertura del agujero hizo al ejército de semidioses romanos retroceder, del hoyo negro salió Hipnos, dios del sueño y hermano de Tanatos, a su lado, Eris la diosa de la discordia, los dioses eran seguidos por Nico DiAngelo en su armadura oscura, Reyna tenía una mirada de asombro y desconcierto al ver a Nico vistiendo una de las armaduras enemigas de pie junto a Tanatos.

Hazel quien había sido derribada al igual que todos por la onda de viento generada por el agujero de donde salieron los dioses y Nico, se incorporó y dio unos pasos al frente, su voz se entre corto estirando su brazo tratando de alcanzar a su hermano. -Nico, no, tu no- se lamentó, cuando Reyna puso su brazo evitando su avance.

Dos figuras más aparecieron tras Eris e Hipnos, el soldado de plata, guarda espaldas de Eris, y otro soldado con una armadura similar pero de bronce, en su brazo, colgaba un arco, y tras su cintura un carcaj con flechas, por sobre todos Jason pasó volando poniéndose de pie junto al soldado del arco, casi forzado miró a este y regreso su mirada a el ejército romano que respaldada ya a los suyos.

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