Capítulo 1: Tierra roja

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Capítulo 1:

Tierra roja

Tierra roja

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Dimas

Las protecciones se desploman con un fuerte estruendo como el tronar del cielo en plena tormenta. Cada una de las guardas que cubren Luz de medianoche cedió ante la presencia de los rebeldes. Todo el esfuerzo por resguardar nuestro hogar se ha derribado como una casa de naipes.

Los vástagos del infierno están en todas partes, sombras que toman forma corpórea, liderados por Arnold. Son demasiados, mucho más que la última vez que inundaron el bosque con su oscuridad.

—¿Cómo pudieron entrar? —la pregunta de Leonardo es un susurro del viento por la velocidad en que se mueve.

Perdimos de vista a Dessire por unos valiosos segundos. Se supone que esto no debería estar pasando. Se revisó la academia y sus adyacencias mucho antes de que los vitoreo de una carrera entre un vampiro y un argel motivará a todos.

Esto era como un respiro, volvimos a casa, la líder de los rebeldes ha muerto, ahora somos tres celestiales... Nos confiamos demasiado, se infiltraron entre nosotros.

Nuestro objetivo es alcanzar a Dess, que ella sea la representación del príncipe celestial crea temor entre los rebeldes, y hasta en el mismo infierno. Se han enfrascado más en eliminarla a ella que a los demás.

El príncipe de las tinieblas siempre busca corroer al elegido de Miguel, y siempre lo ha conseguido hasta que llegó Dessire. Es orgullo, por eso se tomó tantas molestias en intentar llegar a ella, no acepta que una simple chica desafiara al infierno.

—Alguien los dejo entrar —no hay otra explicación. Para no habernos dado cuenta, alguien tuvo que haberles dado acceso a la academia.

Un traidor.

La verdad sobre la naturaleza de Gabriel no puede salir a la luz. Él será al primero que se señale como posible traidor, así como lo hizo con Dess en el momento en que llegó a la academia. Pero esta vez será diferente, los centinelas no confían en los demonios. Y él no podrá ocultar lo que es por mucho tiempo.

Por encima del dosel de ramas y hojas el cielo se oscurece, como una mancha gris sobre la academia y sus adyacencias. La brisa es más fría anticipando una llovizna.

Dos, tres, cuatro enormes lobos pasan a mi lado y toman la delantera, entre ellos se encuentra Karla, imposible no reconocer a loba de pelaje casi rojizo.

Entre el follaje Leonardo se enfrenta a un rebelde, el chico no ha estado en la academia, pero tampoco ha perdido el tiempo desde su renacer. Sabe cómo defenderse.

Impulso mis piernas a ir más de prisa.

Después de tanto buscar, los lobos tienen al responsable de la muerte del chico por la que tanto culparon a Dessire meses atrás, y no estaban muy equivocados. Ella tiene que ser su hermana, la que hemos estado buscando y es evidente la razón por la cual se ocultaba.

Celestial. Luz de Medianoche (libro 2)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu