-¿Me estas diciendo que alguien te tomó... del pie?-Pregunté, era algo difícil de creer.

-Si, mira....-Bajo su calceta y ahí, en su tobillo tenia una marca morada. Hubiera sido normal si no tuviera la marca de los cinco dedos de una mano.

-Dios mio...-Dije sin poder creerlo. ¿De verdad esa casa estaba poseída? Rayos. Todas las pruebas lo demostraban.

Abracé a Claire quien no dejaba de llorar. Obviamente tenia un trauma generado por esa estúpida mansión. Y eso significaba que debería ir esta noche sola. Quizas que pasaría mientras estuviera allí. Lo único que sabia era que debía ir a buscar mi mochila. Aparte de que allí estaba mi identificación y habría problemas si algún dia me la pedían.

El día transcurrio muy lento, o quizás eran mis ansias de que pasara todo rápido para después encontrarme en mi cama plácidamente acostada.

Cuando el profesor dijo "Guarden sus cosas" Rapidamente eché mis libros en el bolso y sali de allí. Eran las cinco de la tarde. Me dije a mi misma que partiría a penas terminara, pero a esas alturas ya me encontraba lo suficientemente nerviosa. Decidí ir a tomar un café o algo que quitara mis nervios.

Fuí a la cafetería, a la que siempre iba cuando me sentía mal, nerviosa o desanimada. Me senté en una de las mesas, cuando esa chica de cabello y ojos castaños se acercó a mi.

-¡Alison! De nuevo por aquí...-Me sonrió. Era bellísima.

-Tú sabes que no puedes librarte de mi, Alana.- Ella rió.

-¿Qué deseas hoy?- Me preguntó con la libretita en la mano.

-Solo dame un café, por favor...- Le dije. Ella anotó.

-Esperame un segundo.- Me dijo y fué a dejar mi pedido. La miré marcharse. Su vida parecía ser algo entretenida. 

Alana había llegado hace algunos años a Cloudtown. La conocí hace unos cuatro años cuando descubrí esta gran cafetería. Desde allí ella me aconsejaba por todo y me subía el animo. En esos tiempos ella era Alana Kay, pero hace un año había pasado a ser Alana Aguilar, ya que se casó con su novio que la vino a buscar desde muy lejos. Su novio, Matteo,  parecía ser alguien muy rudo y que no confiaba en nadie, pero cuando lo conocí me di cuenta de que era muy simpático, claro que cuesta un mundo ganarse su confianza.

Alana llegó con mi café y además una pequeña torta de chocolate. Miré el pastel alzando una ceja.

-Oh, yo invito...- Me dijo sonriendo. Yo asentí feliz mientras empezaba a comer.-¿Qué te trae por aquí?- Me preguntó.

-Oh, solamente estoy un poco estresada. El colegio me tiene asi...- Ni muerta le diría que iria a la mansión Holland.

-El colegio... ¿Muchos exámenes?- Me preguntó, yo asentí rápidamente.

-Solo quiero unas largas vacaciones.- Le dije. Ella rió. Estuvimos conversando hasta que acabé mi comida y pagué. Le prometi que volveria pronto y me marche.

Miré la hora en mi reloj. Había pasado una hora. Si tenía suerte podía entrar y sacar mi mochila antes de que oscureciera.

Corrí hacia el bosque mirando que nadie estuviera cerca. Me adentré en el bosque caminando hasta llegar a la trampilla que habíamos dejado cubierta de hojas la noche anterior. La abri y bajé. Tomé mi linterna ya que a pesar de ser de dia el túnel estaba demasiado oscuro. Caminé hasta llegar a las divisiones y entré en el segundo. Llegué hasta el mueble que tapaba la entrada, lo movi y me dirigi a la misma habitación que había entrado la noche anterior. A pesar de ser de dia, la casa se encontraba algo oscura, el sol solo entraba por algunas rendijas, pero no era suficiente para alumbrarlo todo. 

Miré en todas las direcciones. Y ahí a lo lejos divise mi mochila al lado del closet. La tomé rápidamente del suelo. Cuando un pequeño detalle capto mi atención. El ventanal que el día de ayer se había roto, estaba en su lugar como "nuevo" en el sentido de que no estaba quebrado y estaba completamente en su lugar. Rapidamente puse mi mochila en el hombro y sali de la habitación.

Observé el pasillo. Igual no estaba tan oscuro y sentía una curiosidad enorme por saber que habían en las otras puertas. Suspiré y decidi investigar.

Entre en muchas, la gran mayoria eran habitaciones...¿Cuanto dinero habia tenido esa familia? ¿Cuantas personas vivian alli? Me imagino que tenian muchos sirvientes, ¡Es que era una enorme mansión! ¡Gigante!

No la recorrería en una tarde.

Caminé hacia el final del pasillo, habia una puerta que era de color marrón. Esa seria la ultima habitación que veria. Giré la perilla, la puerta hizo un chirrido muy grande que me hizo temblar por un segundo, pero eso no detuvo mi curiosidad. Entré finalmente a la habitacion.

Había un ventanal gigante al igual que las otras habitaciones. Tenia una cama gigante, los veladores a los costados tenian lamparas. La pieza era de un azul casi eléctrico. Me imagino que era de un hombre o... de una chica muy extraña.

A pesar de todo esa habitacion se sentia especial. Me refiero que me hacia sentir algo en mi pecho. Ademas de que tenia un enorme espejo que casi cubría toda una pared. Este se encontraba al lado de la cama y puerta.

Al frente de la cama estaba el closet, un escritorio y otra puerta. Me imagino que era el baño. Pase de largo y me senté en la cama. Abri uno de los cajones de un velador y comencé a mirar. Papeles, fotografias familiares, un reloj que se habia detenido hace mucho. Miré hacia el espejo, veia mis acciones. Era un gran espejo que reflejaba mi sonrisa. ¿Por que estaba sonriendo? Quiza me estaba volviendo loca. En eso la puerta del closet se abrió chirreando. Miré rapidamente hacia el lugar, pero no vi nada extraño en ese momento.

Mis pulsaciones comenzaron a acelerarse cuando una de las lamparas se encendió y luego se apagó.

Me senti asustada mas aun cuando el cajón del velador se cerro de golpe. Debia salir de alli, pero de repente me senti mareada.

Me paré presurosa y eso hizo que ya no tuviera control de mi cuerpo. Ya no lo sentia y mi vista se volvió borrosa. Lo unico que veía era como mi reflejo en el espejo se desvanecía mas y mas, y luego... ya no ví nada.

ParaleloDove le storie prendono vita. Scoprilo ora