Capítulo 7

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—¿Cuánto tiempo tardará en despertarse? —murmuró ______

Kate titubeó.—No lo sé. Soy veterinaria, ¿recuerdas? Con la fiebre, la pérdida de sangre, el golpe en la cabeza... No lo sé. Debería estar recibiendo fluidos por vía intravenosa. Su pulso es débil y rápido, seguramente necesita sangre y está en estado de shock, pero saldrá de él. Podría despertarse hoy, en cualquier momento, o quizá mañana. Cuando se despierte, puede que esté desorientado, como es lógico. No dejes que se altere y, hagas lo que hagas, no permitas que se levante.

______ lo miró, contempló su torso musculoso y se preguntó si habría algún modo de impedirle hacer lo que quisiera si se empeñaba en ello. Kate estaba sacando gasa y esparadrapo de su maletín.

—Cámbiale los vendajes mañana por la mañana. No volveré hasta mañana por la noche, a no ser que creas que está peor y me llames, y, en ese caso, harías bien en avisar a un médico.

______ esbozó una sonrisa crispada.

—Gracias. Sé que esto no ha sido fácil para ti.

—Por lo menos le has dado un poco de emoción al verano. Ahora tengo que irme o Rafferty me arrancará la piel a tiras por hacerle esperar.

—Saludale de mi parte —dijo ______ cuando salieron al jardín.

—Depende de qué humor esté —Kate sonrió.

Josh se quedó en la esquina de la casa, con los músculos tensos, y observó a Kate meterse en el coche y alejarse. Por lo general, ______ habría intentado tranquilizarlo hablándole con suavidad, pero ese día ella también estaba tensa y recelosa.

—Vigila —dijo en voz baja, sin saber si el perro entendería la orden—. Buen chico. Vigila la casa.

Consiguió trabajar un par de horas en su manuscrito, pero seguía atenta a cualquier sonido procedente de la habitación y no podía concentrarse en lo que hacía. Iba a cada rato a echarle un vistazo, pero él estaba siempre tal y como lo había dejado la vez anterior. Intentó varias veces hacerle beber algo, pero, cada vez que le incorporaba, su cabeza caía hacia un lado, sobre su hombro, y no respondía en absoluto. Ya bien entrada la tarde comenzó a subirle la fiebre y ______ abandonó todo intento de escribir. De algún modo tenía que espabilarlo un poco para darle la aspirina.

Esa vez, la fiebre parecía peor. Su piel ardía al tocarla y su cara estaba muy sonrojada. ______ le habló dulcemente mientras le levantaba la cabeza. Con la mano libre le acarició el pecho y los brazos, intentando despertarlo, y sus esfuerzos se vieron recompensados cuando, de pronto, él gruñó y volvió la cabeza contra su cuello.

Aquel movimiento y aquel sonido, después de haber pasado tanto tiempo quieto y en silencio, sobresaltó a ______. Su corazón se aceleró bruscamente y por un instante fue incapaz de moverse y siguió abrazándolo mientras sentía en el cuello el roce de su barba. Era una sensación extrañamente erótica y su cuerpo pareció acelerarse al recordar. Un intenso rubor coloreó sus mejillas. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué reaccionaba así al contacto inconsciente de un hombre enfermo? Había pasado mucho tiempo, naturalmente, pero nunca se había considerado sedienta de amor, ni tan hambrienta de las caricias de un hombre que el más leve contacto pudiera excitarla.

Tomó la cucharilla con la aspirina disuelta y se la llevó a la boca, tocando sus labios con ella. El apartó la cabeza, inquieto, y ______ siguió su movimiento con la cucharilla.

—No —ronroneó—, no te vas a escapar. Abre la boca y tómatelo. Te sentirás mejor.

Él frunció las cejas y se removió para apartarse de nuevo de la cucharilla. ______ lo intentó de nuevo y esa vez logró meterle la aspirina en la boca. El tragó y, en vista de que cooperaba, ______ logró darle a cucharadas un poco de té fresco antes de que empezara a sumirse de nuevo en el sopor. Siguiendo la rutina que había iniciado esa mañana, pasó pacientemente una esponja fresca por su cuerpo, hasta que la aspirina comenzó a hacer efecto y la fiebre disminuyó de nuevo, permitiéndole descansar.

Diez días contigo (Niall Horan y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora