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Harry vio a Niall releer de manera detallada el documento que le acababa de pasar. Lo afirmaba entre sus manos enfundadas en cuero negro como si en aquellas hojas estuviera escrito un mensaje de paz en idioma alíen, y por un segundo, Harry disfruto de la adorable confusión evidente en el rostro del rubio.

Había días en que olvidaba que Niall tenía memoria eidética, pero el día en que escribió el documento Harry lo había hecho con la memoria de Niall exclusivamente en mente. Disfrutaba del hecho de pensar que su novio recordaría hasta la más mínima coma de su propuesta.

— Harry —lo escucho hablar, dando vuelta a las hojas para regresar de nuevo a la primera— ¿Qué es esto?

Estaba disfrutando más de lo necesario con el lio que tenía armado Niall en su cabeza. —Creo que sale en la primera hoja —Vio a su novio mirar de nuevo el contrato entre sus manos —¿Qué dice allí, Niall?

— Acuerdo prenupcial.

Lo dijo sin leer ni mirar el papel. Harry sonrió.

— Bingo.

Niall, de repente agitado, carraspeo la garganta — Harry, ya sé que es un acuerdo prenupcial... Pero... ¿Cómo? ¿Por qué? O sea... ¿Qué?

Harry no estaba preocupado, así que revolvió un poco su café y tomó otro sorbo.

— ¿Te dije alguna vez que lo que me enamoró de ti fue tu elocuencia?

— Me estas proponiendo matrimonio con un acuerdo prenupcial. —Niall lo ignoró.

Dejo la taza de café sobre la mesita de centro que decoraba su sala de estar y se recargo cómodamente en el respaldar de su sillón de diseñador que su hermana había ayudado a escoger.

— Supongo. Si no mal recuerdo los papeles prenupciales involucran una boda, sí.

— No te pongas sabelotodo conmigo, Harry Styles. ¿Te golpeaste la cabeza? Solo llevamos seis meses de novios.

— Si no me quieres decir que si porque no es lo suficientemente romántico, te digo enseguida que en cinco minutos puedo contratar a una cantante irlandesa para que nos cante "Linger" con violinistas incluidos y un coro de niños de la iglesia para que tiren pétalos de rosas.

Niall esbozo una pequeña sonrisa que suprimió en menos de un segundo. — Harry, Seis meses saliendo. ¡Seis! Y ni siquiera somos Conectados, idiota. Dime la verdad, ¿Te golpeaste la cabeza?

La palabra Conectados instantáneamente ponía a Harry de mal humor. Así que frunció el ceño.

— No que yo sepa.

Niall entrecerró los ojos — ¿Te están chantajeando? —preguntó con tono de duda — ¿Es Liam?

El castaño se hubiera reído si la duda de Niall no hubiera sonado tan genuina.

— ¿Te parezco alguien a quien Liam podría chantajear? —levantó una ceja.

— No.

Harry botó un suspiro. — Niall, déjate de juegos y responde ¿Te quieres casar conmigo sí o no?— Preguntó con su voz de abogado en el estrado. Esa misma que había aprendido, perfeccionado y dominado gracias a su oficio, y cual ahora solía usar más con Niall que para encantar a los desconocidos que tenía por jurado.

— ¿Desde cuándo preguntas cosas si ya sabes la respuesta?

Esquivo, como un testigo culpable. Harry sintió sus palmas de pronto comenzar a sudarle.

— No la sé, Niall, por eso te estoy preguntando —dijo con su voz de abogado encantador desaparecida en acción para dejar pasar al Harry que preguntaba cada mañana si había disfrutado o no la nueva receta de panqueques que había descubierto en internet - ¿Por qué no lo quieres decir? ¿Acaso no te quieres casar conmigo? – vio los ojos azules grandes abrirse grandes ante el comentario — ¿No quieres? ¿es eso?

Black Leather  ; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora