¿Quién es Alex? | (Saga Sueños) [Editando]

Capítulo 17

  — ¡Kyle, vamos! — grito.

Ha pasado un buen tiempo desde que Ian fue echado de mi casa, solo derrame un par lágrimas, pero ahora estoy enojada con su simple existencia. Es un verdadero idiota, ¿cómo se atreve a preguntar si me gusta Alex solo por decir que realmente no es un playboy y que está celoso de él? No sé qué mierda le pasa a Ian y estoy a nada de echar las excusas para evitar terminar con él a la mierda. Me estoy cansando de su actitud.

  — ¡Voy!

Veo la hora en mi teléfono, tenemos diez minutos para llegar. — ¿¡Qué estás haciendo!? ¿¡Maquillándote!? Solo vamos a limpiar el gimnasio. — suspiro y muevo mi pierna desesperada. — ¡Kyle!

  — ¡Ya voy!

Escucho a alguien bajando las escaleras y volteo esperanzada de ver a mi hermano, pero me desilusiono al ver a otra persona. Solo espero a mi hermano debido a que no he podido ir por mi auto, mi padre se encargará de él y de momento solo debo esperar. Kyle fue más astuto y ayer por la noche se escapó de la estación policial para ir rápidamente por su auto, ese hombre adora su auto.

  — Hola. — sonríe y siento que la temperatura de mi rostro se ha elevado. — ¿Ya me has perdonado?

A ver, no porque haya sido uno de los primeros chicos de los cuales me ilusioné significa que tenga ventajas para conseguir mi perdón rápidamente. Pero con su simple existencia y picardía que sabe usar a su favor puede que consiga lo que quiere.

  — Hola. — digo un tanto seria tratando de controlarme. — Tendrás que esforzarte más si quieres que te perdone.

  — ¿En serio no me vas a perdonar? ¿Ni por todos los años de amistad? — digo acercándose peligrosamente a mí. — Un error lo comente cualquiera. — Siento mi espalda chocar con la fría pared y me sobresalto nerviosa. — ¿Te incomodo? — Su respiración se mezcla con la mía tras estar tan cerca.

  — Quítate, Dylan. — digo nerviosa. — O gritaré y mamá te sacará a patadas de casa. — sonríe.

  — ¿Por qué tan nerviosa? — Coloca un mechón de mi cabello detrás de mí oreja, mientras mira cada rasgo de mi rostro. — Espero que tu novio te recuerde cada mañana lo hermosa que estás, — se va acercando cada vez más. — si no sería un desperdicio gastarte tanto en un persona como él. — lo miro confundida.

  — ¿Qué sabes?

  — No mucho, — acaricia mi mejilla. — ayer fui a tomar con él y otros tipos, no creo que alguien como él merezca de alguien como tú. — lo empujo.

  — ¿Qué intentas hacer con decirme eso?

  — Solo digo que mereces a alguien mejor.

  — ¿Y ese alguien mejor eres tú? — me cruzo de brazos.

  — Podría ser. — se encoge de hombros y suspiro cansada.

  — Dylan, debemos hablar. — Lo jalo del brazo y lo obligo a sentarse en el sofá.

  — ¿Sobre qué debemos hablar?

  — ¿Por qué actúas así? ¿Por qué ahora? — suspira e intenta acercarse a mí de nuevo, pero con solo empujarlo lo obligo a mantenerse en el sofá.

  — Porque me gustas, ¿qué otra explicación le encontrarías?

Vaya, si esto hubiera pasado hace algunos años, no podría contenerme de la emoción. Pero ahora, justamente ahora, solo quiero golpearlo por ser tan idiota.

  — Para decirle a una chica que te gusta, no es necesario hacer de menos a su novio — Aunque se lo merece. — y tampoco es necesario causarle miedo en un intento de parecer intimidante. — suspiro y me siento junto a él. — Me gustabas hace cuatro años... — veo la sorpresa reflejada en su rostro. ¿En serio no se notaba que me gustaba? Creo que hasta mis hermanos lo notaron. — Pero ya no, no siento absolutamente nada hacia tu persona que vaya más allá que un cariño como el amigo que eras. — aclara rápidamente.