¿Quién es Alex? | (Saga Sueños) [Editando]

Capítulo 11

Bajo a desayunar mientras arreglo mis zapatillas con cuidado de no caer por la escaleras. Cuanto más me acerco a la cocina escucho a mi padre cantando, por inercia sonrío y entro sin hacer mucho ruido para que no se detenga por mi presencia.

Amo escuchar a papá cantando, siempre me recuerda a cuando era pequeña y junto con mi familia salíamos a acampar en alguna que otra playa. Cuando encendían la fogata, nos sentábamos a los alrededores y, mientras mamá nos abrigaba colocándonos los suéteres, papá nos cantaba y tocaba la guitarra para mantenernos entretenidos.

Tarareo para llamar su atención, me mira sobre su hombro, mientras sonríe y sigue cantando a la par en que hace el desayuno.

  — Buenos días. — Lo abrazo y besa mi cabeza.

  — ¿Durmieron ayer o por qué traes esas ojeras? — sonrío nerviosa y voy por un vaso de agua. — ¿Todo bien, cariño? — lo miro de reojo y asiento.

Lo suficientemente bien como para lidiar con mi novio enojado y el chico de mis sueños asistiendo a mi escuela. Pero vamos, no son problemas reales, así que no me quejo.

  — Todo bien, papá.

Vemos a Kyle entrando a la cocina con sus pintas relajas reflejas en su pijama que consiste solo en un pantalón. Papá lo golpea en la nuca y Kyle se queja.

  — ¿Qué hice ahora? — pregunta mi mellizo con su mano sobre su nuca, yo simplemente estoy riendo ante la escena.

  — ¡Las amigas de tu hermana están en casa, ve a ponerte una camiseta, sin vergüenza! — lo regaña papá y yo me cruzo de brazos, mientras sonrío burlona.

  — Como si fuera la primera vez que me ven así... — murmura mi mellizo, mientras toma un manzana.

  — ¿Qué dijiste? — pregunta papá.

  — A Kyle le encanta exhibirse en la escuela; luego de cada práctica se quita la camiseta para provocar a las... — digo y Kyle cubre mi boca con su mano, mientras se oculta tras de mí por como vaya a reaccionar papá.

  — Vale, no te diré nada porque sé que le tienes más miedo a tu madre. — dice papá. — Así que arreglarás esto con ella.

  — Papá... — se queja mi hermano y lo obligo a que me suelte. — Haré lo que me pidas, pero no le digas a mamá...

Río a más no poder al ver a mi madre entrando a la cocina con las chicas detrás de ella. — ¿Qué es lo que no debe decirme tu padre? — le pregunta mamá.

  — Creo que es tu momento de huir. — susurro a su lado y me mira enojado.

  — ¿¡Por qué estás sin camiseta!? — Mamá le tira una pequeña toalla y Kyle huye pasando junto a mis amigas, quienes miran divertidas la situación. — Debí haber tenido puras niñas... — suspira. — Pero Dios me mandó tres niños y solo dos niñas... Dos niñas rebeldes. — sonrío y Jenni se acerca a mí.

  — Somos tu orgullo, a que sí... — le dice Jenni.

  — Jenni, ni hables, por tu culpa tus hermanos son un caos en la escuela. — río e invito a las chicas a sentarse, luego de saludar a mi padre.

  — Al menos mis hermanos no son de los que se dejan molestar, eso deberías agradecérmelo. — dice mi hermana abrazando a mamá.

  — Tranquila, señora Andersson. — dice Chloé. — Me puede contar como una hija más puesto que tengo planeado casarme con uno de los gemelos. — Mis padres miran a Chloé; mi papá sonriendo ante la broma de mi amiga y mamá está de brazos cruzados con gesto serio. — Solo déjeme disfrutar más mi relación actual y, luego de graduarme de la universidad, me casaré con uno de los gemelos. — Mamá al no poder fingir más su enojo, solo ríe ante las palabras de Chloé.