Hide & Seek (DaeJae)

☁Windy Days, the Unsaid and You (III)

Hoy en día.

¿Es esto real?

Extiendo un dedo con incertidumbre, queriendo tocar tu mejilla para ratificar tu presencia a mi lado. Parpadeo más fuerte para confirmar que tú estás compartiendo la cama conmigo. Me acerco, siento tu aliento contra mis labios y compruebo que sí, eres tú, Yoo Youngjae, el chico al que he amado por casi tres años. Sí, eres tú, el único por quien yo paso mis días pensando sin esperanzas, el único por quien me preocupo más que por mí mismo, el único por quien yo sueño constantemente, pero incluso entonces, tengo miedo de tocarte.

Aparto mi mano en el último momento, por el miedo de agarrar a la nada, de la misma manera en la que lo hago en los pasillos donde me imagino hablando contigo, pero siempre estoy demasiado lejos de tu alcance. Incluso si es sólo mi imaginación, está bien. Yo no quiero despertar si puedo estar a tu lado en mis sueños.

Me hundo en la almohada, por la sensación cálida de la sombra de tu delicada respiración en mi piel. Hay un millón de cosas pasando por mi cabeza ahora mismo. Un centenar de dibujos, mil palabras, un millón de canciones que quiero componer en tu nombre. A pesar de todo, nada sale de mis labios, solo una sonrisa mientras continúo mirando tu rostro pacífico. Eres mucho más hermoso de cerca; es increíble.

¿Cómo puedo dormir así? Contigo tan cerca de mí, cuando todo lo que he estado haciendo durante los últimos dos años es mirarte desde lejos, tus pestañas contra tus mejillas, tus labios ligeramente entreabiertos, tus suaves resoplidos...

El calor continúa inundando todo mi ser mientras admiro tus rasgos en asombro puro. Yo... Youngjae, hay tantas cosas que quiero decirte ahora mismo. Pero aunque sé que estás profundamente dormido, no me atrevo a pronunciar las palabras.

¿Ocurrió realmente hoy? Ayer, había sido tan feliz. Cenamos juntos, vimos una película juntos, me acompañaste a casa, te acompañé a casa. En el camino de regreso, seguía sonriendo como un idiota. Cada parte de mí cosquilleaba con una sensación de felicidad que nunca podría obtener de nadie más que no fueras tú. Mi corazón latía más rápido cuando pensé en lo cerca que te sentaste de mi en la sala de estar. Estaba tratando tan duro de no empujarte y parecer raro, pero mi cuerpo se había quedado completamente inmóvil cuando tu cabeza se frotó contra mi brazo. No podía concentrarme en nada más que en los pequeños movimientos que hacías mientras respirabas y en la forma en que cerrabas los ojos cuando algo brillaba en la pantalla. Se sentía como una cita y no pude dejar de disfrutar, pensando en el deseo que durante esas dos horas, tú eras mío y yo era tuyo. Quería abrazarte. Mantenerte apretado, porque lo único que me asustó en ese momento fue que te fueras de mi lado. Pensé que tal vez, si alguna vez lo hiciéramos, si tuviera la remota posibilidad de reunirnos, así serian nuestras citas. Pero eso nunca sucederá.

Pasé las noches acostado en el sofá mirando fijamente al techo, repitiendo todo lo que hacíamos juntos. Tu dulce sonrisa, tus amables palabras. La forma en la que me miras, con tus pestañas revoloteando como un ciervo. Es estúpido, pero realmente sentí que no podía respirar. Me diste tanta esperanza cuando me dijiste que la persona de la que estoy enamorado era la más afortunada. Qué irónico, ¿verdad? Esa persona eres tú. Tú quien me anima a no tener miedo a confesarme. ¿Debería seguir tu consejo? Pero...Eso sólo es ser codicioso. Estoy feliz así como estamos, Youngjae. Estoy tan feliz. Y está bien si nos quedamos solo como amigos, porque estar a tu lado es todo lo que quiero.

Nunca te voy a gustar de todos modos.

Te acurrucas contra la almohada, separando ligeramente tus labios. Contengo una sonrisa, mirando tu maravilloso rostro. A veces, me pregunto si eres una estrella que cayó a la tierra. Siempre estás brillando tan radiante, sin embargo, eres tan humilde y tranquilo.