Nos saltamos Adivinación I

370 26 5
                                    

Retrocediendo, cabe recalcar el motivo por el que no me olvidaba de Hedwig. Todo comenzó en la clase de Historia de la Magia. El profesor Binns, como siempre, no se daba cuenta de nada. 

Pasada la mitad de la clase, mientras yo tomaba apuntes (gracias a haberme tomado 2 tazas grandes de café negro), Hedwig se apareció en una de las ventanas. Tenía una carta atada en la pata, pero algo no estaba bien, sus plumas se veían más revueltas de lo usual, algo le había pasado. 

Harry se paró  cautelosamente y fue a abrirle la ventana. Hedwig se posó en su hombro y juntos volvieron a su sitio. Yo había dejado ya de tomar apuntes y miraba a Harry con curiosidad, como la mayoría de la clase. La lechuza estaba en su regazo y parecía tener un ala torcida.

En eso, Harry interrumpe al profesor Binns, quien había estado leyendo sus notas.

-Profesor Binns-intervino Harry-, creo que no me encuentro muy bien.

El profesor lo miró extrañado-. ¿No se encuentra bien?

Harry se paró, escondiendo a su lechuza detrás de él-. No, me encuentro muy mal-afirmó-. Creo que debería ir a la enfermería.

-Sí-dijo el profesor Binns, algo despistado aún-. Sí, claro, a la enfermería. Bueno, pues vaya.

Vi salir a Harry por la puerta. Estaba preocupada por su ave, pero también intrigada por qué Hedwig no le había dejado la carta cuando estábamos en el Gran Comedor.

Después cuando tuvimos recreo, fue cuando afuera del salón de Pociones, Draco tenía el pergamino que autorizaba al equipo de quidditch de Slytherin seguir practicando, y se lo decía a todo mundo. 

Draco buscaba provocar a los leones, sobre todo a Harry y Ron. Vi como Hermione los retenía de querer golpearlo. 

-Hey, deja de decir tantas cosas, Draco-le advertí con una mano en su hombro.

-Pero solo digo que si es cuestión de influencias en el Ministerio, ellos no tienen muchas posibilidades. Según dice mi padre, hace años buscan un pretexto para despedir a Arthur Weasley. Y en cuanto a Potter.... bueno, mi padre dice que cualquier día el Ministerio lo manda al Hospital San Mungo. Al parecer, tienen un piso especialmente reservado para la gente que ha sido transtornada por la magia.

Lo miré con el ceño fruncido y me cruce de brazos. Pude ver como hacía una mueca grotesca, queriendo simular la locura. Crabbe, Goyle y Pansy se rieron, incluyendo a otro par de Slytherin. La sonrisa maliciosa de Draco aumentó. Suspiré, porque en ese momento recordé que Draco solo quería caerle bien a los demás, solo quería mantener su status y posición, le faltaba madurar, pero se preocupaba por lo que los demás pensaran, por eso la mayoría de fans de HP lo veían como el malo de la historia, el cobarde, cuando en realidad, no se daban el tiempo de "conocerlo". 

De pronto, vi como Harry  agarró a Neville por la túnica, para evitar que vaya a golpear a Draco.

-¡No, Neville!-exclamó.

Pues claro, los padres de Neville. Draco se había burlado de ellos. Ahora él tenía una expresión de sorpresa en todo su rostro.

-¡Ayúdame!-le dijo Harry a Ron.

Crabbe y Goyle se pusieron delante de Draco, como si fuesen sus guardaespaldas. Apreté la mandíbula y sin decir nada, hice además de entrar al salón, cuya puerta aún estaba cerrada. Estaba harta del ambiente de tensión y no quería ver nada más. En eso, Snape abre la puerta de golpe y le quita puntos a Gryffindor por la pelea. 

Todos los cuchicheos se detuvieron una vez Snape cerró la puerta. 

-Como verán, hoy tenemos una invitada-dijo.

Entre dos mundosOnde histórias criam vida. Descubra agora