-Gracias, le daré una vuelta a Liam y me iré a casa, ¿todo fue bien mientras no estaba? – dije cambiando el tema, no quería que ella notara que me afectaba hablar de él.

-Yo diría que sí, pero ya sabes que con él es difícil saberlo – contestó encogiéndose de hombros.

-Vale, gracias, nos vemos luego – me despedí de la chica, y fui un momento a los vestuarios, puesto que no debía deambular por las instalaciones sin uniforme, aun cuando mi identificación colgaba de mi bolsillo. Me coloqué sin mucho cuidado la parte superior sobre la camiseta que traía y cerré el casillero, con eso sería suficiente, no tenía planeado extenderme.

-Hola Liam – saludé luego de llamar a la puerta y entrar a su habitación, mirando curioso la forma que había adoptado en la cama: las piernas levantadas y sus manos sujetando la punta de sus pies, a la vez que se balanceaba sobre su trasero - ¿Qué haces?

-Yoga, Cath me dijo que podía hacer eso en vez de lastimarme – contestó como si tal cosa regresando a la posición en la que suele estar – Hola Michael, llevabas un tiempo sin venir, Cath y yo hemos hablado de ti, y un enfermero nuevo le ha estado dando un par de vuelta, no parece malo, pero no entiendo por qué lo hace, me...confunde, ¿así se dice? Es raro, pero no el raro que me gusta, es sospechosamente raro, pero no es malo, solo...me confunde, ¿ya dije eso? – comenzó a balbucear y yo, sin más que hacer, esbocé una sonrisa, la única que había soltado en las últimas 24 horas.

- ¿Sabes cómo se llama, Liam? – pregunté, con el objetivo de sacarlo de ese vórtice de locuras en el que se adentra cuando tiene mucho que contar.

-No, pero pregunta mucho por ti, por eso Cath y él se agradan, creo – comenzó a rascarse el dorso de la mano, pero para mi sorpresa, solo fue eso, solo una pasada de uñas, sin rasguños, ni sangre, ni daño alguno.

-Vale, ya averiguaré quien es – dije sin mucho interés, sinceramente ahora no me interesaba saber esa clase de cosas, y tampoco es como que tuviese que pensarlo mucho – cuéntame, ¿qué más han hecho Catherine y tú sin mí?

-Comer golosinas, Ashton nos trajo golosinas, pero tuvo que ser a escondidas, dice que Calum no podía saberlo porque si no se las comería, y si lo hacía se pondría gordo, y no podría ser bombero, así que no dejamos que Calum tocara las golosinas – sonreí levemente de nuevo. Mi ánimo estaba mejorando un poco, especialmente al oír las tonterías que es capaz de hacer Ashton con tal de caerle bien a su cuñada.

El chico dejó salir un bostezo, indicándome que ya era la hora de irme, así que sin mucha más parafernalia me despedí, y le prometí pasar a verlo en la mañana.

                                                                                          ҉

-Me han dicho que el Dr. Soy Perfecto y lo sé ha estado muy serio esta noche, y un pajarito me dijo que era culpa tuya – escuché una voz a mi lado cuando estaba de regreso a los vestuarios - ¿problemas en el paraíso?

-Piérdete Rick, eso no es asunto tuyo – contesté sin dejar de caminar hacia mi destino.

-Ahí te equivocas caramelo, cualquier indicio de separación entre ustedes es problema mío, después de todo, estoy esperando mi turno para meterme en esos pantalones.

-Lo siento, en mis pantalones hay plazas limitadas, pero puedo conseguirte aparcamiento en la mierda, ¿sabes dónde queda o te doy la dirección?

-Uy, qué humor – dijo él con tono divertido, estaba disfrutando esto, y yo no estaba en mi mejor momento – eso es un buen indicio, si el enfermero angelical comienza a decir palabrotas en su centro de trabajo y a responder sarcásticamente, entonces es que cierto rubio está en problemas.

Cuddles PrescriptionWhere stories live. Discover now