Capítulo 14: A causa del alcohol.

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Nathan

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Nathan.

Como aún faltaba una hora para  que vayamos al club, decidimos pedir unas pizzas.

Kendra y yo comemos mientras Elliot revuelve por décima vez su placar. ¿Cómo hace para tardar tanto en cambiarse?

—¿No deberíamos ayudarlo a elegir la ropa? —Sugiero mientras agarro otra porción.

—Naah. —Eso es todo lo que dice.

Las agujas del reloj siguen y siguen girando y Elliot recién ha escogido un pantalón. Si sigue así, llegaremos a la hora que cierra.

Me levanto del sillón y voy hacia su habitación.

Quizás debería aprender a tocar antes de entrar.

Tengo una visión de su torso desnudo una vez más. Y una vez más a él no parece importarle que lo observe. Siento un familiar hormigueo en el estómago, creo que ambos nos ruborizamos. Aparto la mirada.

—Si sigues así no llegaremos nunca. Te ayudaré.

Mi mirada sigue en el suelo mientras camino hacia su armario. Escucho que suelta una risita sarcástica.

—Sólo porque seas modelo no significa que tengas buen sentido de la moda. —Esta vez alzo la vista. Está cruzado de brazos con una ceja levantada y una sonrisa juguetona en su boca. Tardo en procesar la imagen.

Ignoro su comentario y empiezo a revolver y sacar toda la ropa, la voy tirando al suelo a medida que busco.

—Imagino que luego lo ordenarás. —Sin embargo, me ayuda a tirar las prendas.

—Imaginas mal.

Terminamos de elegirle la ropa, lo cual parecía que iba a llevarnos toda la noche, y salí de su habitación para que se cambie.

En cuanto todos estuvimos listos, nos fuimos de la casa rumbo al club.

Sin ninguna razón lógica me siento bastante nervioso esta noche, como si en el fondo supiera que algo va a pasar.

La noche es gélida y oscura. Un trueno se escucha a lo lejos mientras estaciono a una cuadra del boliche. A pesar del clima el estacionamiento estaba lleno.

Caminamos pegados para protegernos del viento. Ninguno ha traído un abrigo ya que dentro del boliche hace calor.

Como siempre el chico de seguridad de la entrada me deja pasar. Es algo bueno de ser famoso.

Tal y como todas las noches, The Hell Hole está a tope de gente, la música a todo lo que da y hay parejas besuqueándose por doquier. Y pensar que hoy una de esas parejas será Elliot... Siento una presión en el pecho de solo pensarlo.

Es estúpido sentirme como me siento solo porque Elliot vaya a besar a alguien más, debería estar feliz por él.

Nos abrimos paso entre los danzantes para ir hacia la barra.

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