Capítulo 6

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Capítulo 6

Yuri

Actualidad, Rusia

Los días con Otabek eran algo así como un alivio. Se veían mucho y hablaban poco. O al menos Otabek hablaba poco, ya que a Yuri le gustaba despotricar contra algo (especialmente contra JJ) y ser escuchado.

Se encontraban luego de las clases en la Academia. Luego de ignorarse todo el día. De vez en cuando Yuri lo atrapaba mirándole y garabateando sobre sus hojas sueltas. Y a veces Yuri se encontraba dibujando con los dedos el nombre de Otabek sobre las mesas.

Otra cosa que se había vuelto un alivio para Yuri era escribir. Desde hacía un tiempo había decidido narrar palabra por palabra todo lo que veía en sus sueños sobre el Yuuri japonés. A veces incluía pensamientos y sentimientos propios.

Un poco sentía que ya no sabía diferenciar donde empezaban los sentimientos de uno y terminaban los del otro.

Ya no soñaba todos los días con el Yuuri japonés. No desde que había aparecido el dichoso Viktor en el sueño. En realidad, solo había soñado un corto momento entre los dos mientras cabeceaba esperando a que llegase Yakov a las clases. En el sueño, Yuuri estaba en un estado delirante por culpa de los calmantes, y Viktor cuidaba de él. Le decía palabras alentadoras. Le daban ganas de llorar y vomitar cuando las recordaba.

Lo curioso del asunto, es que cuando no soñaba con Yuuri, no soñaba con absolutamente nada. Caía en algo así como un coma, donde no había más que oscuridad y un vacío sin lugar para los pensamientos.

¿Era menos estresante? Sí. Pero, ¿Era mejor? Yuri no estaba seguro.

En ese momento dio un brinco en su asiento, luego de que alguien le tocara la espalda.

—                 Hola, Yuri — Lo saludó Sara Crispino alegremente. El nombrado la fulminó con la mirada.

—                 ¿Qué tienes ustedes las mujeres con aparecerse tan de repente? ¡Son unas brujas que buscan matarnos! — Masculló, mientras Sara reía.

—                 ¿Tienes un minuto?

—                 Ya me has interrumpido, bruja, así que habla.

Sara frunció el ceño. Yuri se golpeó mentalmente, recordando que no tenía tanta confianza con ella como para insultarla. Sara no era Mila. Y por suerte, porque con una era suficiente.

—                 Quería hablar sobre Mila.

Oh no.

Estaba muerto.

* * * *

Sara habló largo y tendido. Yuri la escuchó con un esfuerzo sobrehumano para no pararle el carro y gritarla las cuarentas y rubiales. La chica mascullaba y mascullaba sobre como Yuri hacía sufrir a Mila, con sus secretismos y ánimo decaído. Que los amigos confiaban entre sí, que él estaba siendo un egoísta y no se merecía que alguien como Mila fuese su mejor amiga.

¿Pero quien se creía esa chirusa?

Yuri la mandó al diablo, amablemente. Le dijo que se metiera en sus asuntos, que si él tenía algo que hablar con Mila, lo hablaría él y nadie más. También le dijo que la rusa era lo bastante fuerte como para que su novia guardaespaldas librara sus batallas.

Eso la dejó hecha una furia. Se dio la vuelta farfullando sobre como los hombres eran unos atrevidos y que agradeciera que Michele no estaba presente. Yuri le dijo que Michele  —o más bien lo llamó: ese italiano zopenco— podía ir y empezar una pelea cuando quisiese. No era un estúpido, ya que no pelearía con Michele, que le sacaba varias cabezas y hombros, en realidad. Pero Yuri podía fingir que pretendía ganarle. O quizás podía llamar a Otabek, que lo que le faltaba de altura le sobraban en músculos.

Hasta que los días nos unan otra vez [Viktuuri/Otayuri] - YURI ON ICEWhere stories live. Discover now