Ya me había acabado mi cigarro y me sentía un poco relajada, estaba en la parte trasera de la casa que daba una vista a una parte del bosque que rodeaba Portland, me encantaba esa vista, el verde de los arboles hacia juego con el azul del cielo dándole una extraña paz al ambiente, sonreí y mi calma fue interrumpida por el jodido timbre de la puerta
-Que te den Christian-Dije en un susurro, el juego iba a empezar, iba a corromper al niño lindo, o se uniría a mí o se marcharía, me imagine a Christian fumándose un cigarro y en mi habitación, no entendí por qué pero mi cuerpo se erizo totalmente
-Señorita Hale el señor Blake acabo de llegar-Odiaba cuando Wen utilizaba tanta formalidad
-Que te cuesta decirme Dahiana, me llamo DAHIANA, Wen-Le dije mientras pasaba por su lado exasperada, escuche como soltaba una media carcajada-Haber repite D-A-H-I-A-N-A-le dije pausadamente mientras ella me seguía hasta la sala
-Prefiero señorita Hale-Me giré y la fulmine con la mirada, no podía con ella, era imposible
-Haz lo que quieras Wen-Blanquee los ojos y me recogí mi castaño cabello en un moño
Entré a la sala mientras que Wen se burlaba de mí, tenía 25 años y era demasiado bonita, mi padre le había dado trabajo porque era la hermana de uno de sus amigos de la infancia, desde entones siempre se ha hecho cargo de mí y nos hemos llevado muy bien
-Hola Chris, Que haremos hoy?-Lo mire coqueta mientras jugaba con unos pequeños cabellos que se escapaban de mi moño, él levanto sus cejas y su mirada recorrió todo mi cuerpo, creo que el vestido ha funcionado
-Física- Soltó muy entusiasmado y mirando mis apuntes que Wen ya había traído, mi respiración se cortó al escuchar esa palabra
Odiaba la física y sus malditas formulas, no entendía nada, parecía estar descifrando un maldito acertijo, sentí ganas de correr y salir de ese lugar
-Ven, siéntate, te explicare energía cinética-Su voz era ronca y ya tenía puestas sus gafas sobre sus hermosos ojos grises, mi cuerpo no quería responderme cuando las palabras energía cinética se acomodaron en mis oídos-Dahiana-Me miro expectante intentando descifrar que estaba haciendo, ni yo sabía que estaba haciendo y por un segundo pensé que no quería estar ahí más que todo por Christian que por la misma física
-Será mejor empezar ya-Mis piernas flaquearon cuando empecé a caminar, finalmente me pude acomodar a su lado, apenas fije mi mirada en las formulas casi me da un desmayo
Una hora después estaba agotada de tantos números y letras y pensé que debía empezar mi plan, lo primero que hice fue levantarme y empezar a caminar hasta mi bolso, Christian me miraba curioso-Que haces?-Dijo por fin
-Fumar-Dije cuando me lleve el cigarro a mis labios, él frunció el ceño y me miro extraño-Quieres?-Le dije cuando no me quitaba la mirada después de la segunda calada
-Jamás he probado uno-Lo miré sorprendida, aunque mi hermano no fumara, sabía que alguna vez había fumado en su adolescencia y lo había dejado-Mis padres no me lo permiten-No pude evitar sonreír, camine de vuelta a la mesa y me acomodé a su lado
-Es bastante relajante-Lo mire a los ojos y le sonreí-Abre tu boca-Él me miro extrañado pero lo hizo sin oponerse, le di una calada al cigarro y expulse todo el humo en su boca, al instante el tosió y me miro extrañado pero con un brillo diferente en sus jodidos ojos grises
-Puedo?-Me sorprendí al ver que me pedía el cigarrillo, pero no me negué y se lo puse en sus largos dedos, él lo tomó torpemente y eso me hizo gracia, cuando se lo llevo a la boca fue casi exactamente como me lo había imaginado pero cuando el humo salió de sus labios me encendió demasiado, tuve que bajar mi mirada a los apuntes que hace poco había estado martirizándome, el deseo empezó acomodarse en mi-No es nada del otro mundo, pero creo que me gusto-Mis ojos se abrieron de repente hacía él por lo que había dicho que no me di cuenta cuando estaba atrapando mis labios
El sabor a tabaco se mezcló en nuestras bocas y todo el deseo que había estado reprimiendo dentro de mi empezó a salir, puse mis manos sobre su nuca agarrando su cabello y dándole pequeños tirones mientras el daba pequeños apretones en mi cintura, segundos después estaba sobre su regazo con mis piernas a cada lado de sus caderas, sentí su erección y mi cuerpo se empezó a moverse involuntariamente, él dejaba salir pequeños gruñidos de su boca cálida que eran atrapados por mis labios
Y después me levante y me senté en la silla que había estado anteriormente, Christian estaba tan sumido en el deseo que apenas notó que yo ya no estaba sobre su regazo
-Por qué paraste?-Sus ojos se veían oscuros y me maldije por hacer lo que hice, pero si quería jugar con Christian no podía permitirme dejarme llevar con él, tenía que ir un paso más adelante
-Debemos estudiar-Fue lo único que fui capaz de articular con mis labios.
