Un Contrato, Una Promesa... y Ella

Especial de Navidad ~Lágrimas, sonrisas, regalos y muérdagos~

Se dio cuenta que sus intentos eran sin duda inútiles, pues había el doble de personas que hace unas horas; quiso darse por vencida y regresar al auto, pero hubo algo que le llamó mucho la atención. Una sucursal de vinos de su empresa estaba altamente adornada ante la fecha, el logo había cambiado a uno que ella misma había diseñado; las letras "Jones' Company" estaban hechas de bastones de dulces y a las orillas flores de nochebuena lo adornaban. Se sentía orgullosa por su elección.

—Mami me compras eso —gritaron detrás de ella; Katherine volteo topándose con una pequeña niña rubia, abrigada un tanto exagerada, iba con su madre y la niña señalaba hacia una tienda de regalos.

—Si te portas bien Papá Noel te lo traerá como regalo —dijo su madre tratando de convencer a su hija, para que continuaran con su camino.

Lo que le llamó la atención a Kathe no fue la niña ni la madre, si no la tienda que señalaba; justo en el aparador tenía un sinfín de hermosas cajas musicales de todas formas y colores, de estilos tan diferentes y únicos. La expresión que Katherine tenía era el de una niña pequeña que acababa de encontrar el regalo perfecto que le pediría a Papá Noel para Navidad. Sin pensarlo dos veces entro y una chica la atendió amablemente.

Ese lugar le recordó mucho al ultimo regalo que pidió para Papá Noel.

En la sala se encontraban los señores Jones platicando sobre los planes que tenían para la Navidad de ese año; ya que a pesar de ser verano querían tener todo en orden para que su pequeña hija tuviese una de las mejores Navidades. Sandra sonreía emocionada y con sus brillantes ojos grises observaba a su esposo con alegría.

—Me parece perfecto —exclamó y estuvo a punto de saltar, pero se arrepintió cuando Brandon le hizo una señal de silencio—. Lo siento.

—Recuerda que es una sorpresa para Kathe, nadie debe saberlo —rieron con complicidad hasta que la mencionada apareció de la mano de su primo, su inseparable compañero de travesuras.

Preguntaron con insistencia sobre su conversación, pues se morían de ganas de saber cualquier cosa que tuviese que ver con la Navidad. Porque a pesar de contar ya con trece años amaban los regalos que Papá Noel les llevaba, al igual que cenar en familia.

—Mejor díganme niños ¿Qué quieren que les traiga Papá Noel? —preguntó su padre haciendo espacio al par de niños para que se acurrucaran en el cómodo sillón.

—Yo quiero otro perro —respondió de inmediato Alexander haciendo que los adultos presentes rieran sin parar; Alex ya contaba con varios perros y aun así quería más, era un buen dueño y los amaba por igual, pero les pareció gracioso la determinación del niño.

Los tres observaron a Katherine curiosos, cada regalo que pedía era bastante extraño, así que ansiaban escuchar que regalo quería esta vez. Por su parte Kathe no se sorprendió, solo negó con la cabeza sin admitir su derrota, no pediría un regalo tan raro como los anteriores.

—Quiero una caja musical —dictaminó orgullosa de su decisión.

—¿En serio? —preguntó su padre un tanto asombrado y al ver la seguridad con la que su hija hablaba la abrazo como si no hubiese mañana—. Esta bien hija, Papá Noel te traerá lo que gustes —plantó un beso en su frente y volvió a abrazarla. Los regalos de su hija habían cambiado de infantiles y sin sentido a unos determinados; su pequeña estaba creciendo y Brandon no podía evitarlo.

—Oh cariño —dijo Sandra conteniendo las lagrimas, las cuales ya habían salido por parte de su esposo, dejando un lindo reflejo con el azul cielo de sus ojos. Se abrazaron de manera grupal a pesar de que Alex no entendía mucho de lo que estaba sucediendo.