Capítulo 6 ~Va Uno y Faltan Dos~

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~Va Uno y Faltan Dos~

Era una noche como cualquier otra, aquella casa estaba casi en tinieblas, pronto algo pasaría, algo muy interesante sin duda. Pude entrar fácilmente mientras todos se encontraban en el pasillo hablando con el doctor para encontrar alguna solución para aquel terrible mal que la asechaba, a pesar de que ya había muchos avances en el campo de la medicina lo que ella tenía no podía curarse, su hora llegaría, el ciclo de la vida de aquella moribunda mujer había terminado en la tierra... al menos que un demonio hiciese un contrato con ella y la dejara vivir más tiempo... que extraño... yo soy un demonio.

Una lámpara con un diminuto foco era lo único que alumbraba en la habitación para que no aumentara los dolores de cabeza de aquella mujer que cada día eran peores. Tenía los ojos cerrados, sus parpados se veían realmente pesados y podía apreciar el dolor de su alma que quería ya descansar.

— Se ve terrible madame — comenté estando enfrente de su cama y recargándome levemente en los pies de su cama.

— ¿Eso es sarcasmo? — Preguntó ella tratando de aparentar una sonrisa — Creí que no llegarías... eso solo significa una cosa... —

— Si... — dije con la mirada baja, sabía que ella no temía ni nada igual, era una humana extraña.

— Los dioses de la muerte vendrán por mí ¿Cierto? — me cuestionó con cierto toque de curiosidad en su voz; más que extraña era anormal.

— Si, así que en cuanto muera me iré ya que no me agradan del todo — respondí viéndola — Le aviso de una vez — advertí.

— Hey tranquilo, eso yo ya lo sé — dijo sentándose un poco en la enorme cama de su habitación — Sé que los demonios y los dioses de la muerte no se llevan bien — mencionó sonriente — Ya que los demonios se comen las almas que los dioses de la muerte deben recolectar —

— Veo que todas esas veces en realidad me escuchaba — comenté con una sonrisa de lado, satisfecho al saber que no solo era ignorado — Y... — alargué esa letra — ¿Cómo está? — ella me vio confundida ante mi actitud, pero ¿qué más podía decirle?, iba a morir en unos momentos.

— Cansada — contestó alzando levemente los hombros soltando un suspiro.

— Y se le nota mucho — murmuré, pero pudo escucharme, me vio enojada.

— ¿Estás diciendo que me veo vieja? — preguntó indignada.

— Usted se ve como cualquier señora de 67 años — respondí desviando mi vista a la ventana por donde había entrado — Aclaró que yo no fui quien le dijo vieja, fue usted misma —

— Mira quien lo dice señor-come-almas-con-más-de-6000-años-de-vida — dijo tratando de hacerme menos.

— Al menos así no se me nota — le dije y ella se enojó más; era divertido hacerla enojar.

— Oye... — llamó mi atención con un tono de voz más serio y resignado — Tu... tu... podrías... — detuvo sus palabras, sabía lo que me quería pedir.

— Si, si puedo — contesté serio viéndola de la misma forma — ¿En verdad quiere hacerlo? — ella bajo la mirada poniéndola en las finas sábanas que la cubrían.

— Si — dijo segura afirmando con la cabeza — Haré un contrato contigo... —

— Como usted diga... madame —




¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuántas almas había devorado después de él? Había perdido la cuenta de todo, hasta del mismo tiempo; era fácil olvidarlo para alguien como yo quien es solamente un simple demonio inmortal... la ultima cena realmente deliciosa que tuve fue de aquel niño lleno de odio y rencor, inocencia e ingenuidad, el alma de Ciel Phantomhive fue el alma perfecta que había probado en mi inmortal vida... después de aquella alma no he probado nada parecido... hasta ella...

Un Contrato, Una Promesa... y EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora