Capítulo 21 ~Invitación de la Reina~

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~Invitación de la Reina~

Sentí algo húmedo en mi mejilla, pero no quise abrir los ojos ya que aún estaba cansada sin embargo esa cosa húmeda comenzaba a apestar y ahora parecía que la viscosidad también estaba en mi otra mejilla; abrí lentamente los ojos encontrándome con...

— ¡LÁRGATE DE AQUÍ MALDITA CRIATURA DEL INFIERNO! — exclamé levantándome de un salto de la cama mientras amenazaba al perro con una mirada molesta.

— ¿Sucede algo señorita? — llegó corriendo Sebastian con un delantal blanco, al parecer estaba cocinando el desayuno.

— ¡ESO ES LO QUE PASA! — le señalé al animal, el cual se abalanzo sobre mí y comenzó a dejar sus fluidos salivares por toda mi cara — ¡¿QUÉ RAYOS HACE ESA COSA AQUÍ?! — Trataba de quitármelo de encima pero el perro era tan pesado y se movía demasiado que me era imposible, entonces reconocí al animal — ¡¡WILSON!! —

— Buenos días primita — por el marco de la puerta cruzó mi primo con una sonrisa de oreja a oreja — Veo que Zen ha venido a despertarte — exclamó viéndome burlonamente.

— ¡SAQUEN ESTA COSA DE AQUÍ! — les grite a ambos, porque ni Sebastian ni Alexander me ayudaban en algo.

— Afuera — le ordenó Sebastian en tono firme.

— Zen solo me obedece a mi demonio, necesitas más que eso para sacarlo de aquí — le advirtió Alex viéndolo divertido; sin embargo, Sebastian vio al perro realmente amenazador y en menos de 3 segundos Zen estaba corriendo hacia afuera.

— Decía usted joven Wilson — comentó Sebastian remangándose las mangas.

— ¡ME LAS PAGARAS WILSON! — lo amenacé y le lancé un pequeño jarrón de porcelana que estaba cerca, sin embargo, Sebastian la atrapo en el aire — ¿Qué haces? — le pregunté sin entender.

— Sus modales señorita — comentó colocando el jarrón en su lugar — Llamaré a la señora Isabel para que le prepare el baño, joven Wilson salga de la alcoba de la señorita, es de mala educación entrar mientras ella sigue en pijama — me señaló seriamente.

— De esta no te libras Wilson — le dije antes de que cruzara la puerta al lado de Sebastian.

Toque mi cara y estaba llena de la saliva del animal, eso me dio mucho asco, tanto que casi vomito en el suelo de la habitación. Nana entró luego de unos minutos, preparó mi baño y comenzó a lavarme sin que se lo pidiera, a veces Nana era muy necia.

— Al parecer le ha molestado mucho que su primo Alex haya puesto a Zen en su habitación para despertarla — dijo cambiando de tema ya que seguíamos batallando entre nosotras que podía bañarme yo sola.

— Por supuesto que me molesto — aseguré con calma — Ese idiota lo hizo a propósito, odio a los perros, no me gustan — dije — Son sucios, peludos y babean... — hice una mueca al recordad que ese perro me había babeado la cara.

— Lo sé — comentó sonriente — Se lo advertí, pero ya sabe cómo es el joven Alex, cuando quiere molestarla no hay nadie quien lo cambié de opinión — me dijo sin dejar de sonreír — Por cierto, su tía Jane también está aquí, la esperan en la sala principal —

— ¿No se supone que Alex debería estar en la escuela? — pregunté levantándome de la bañera mientras que Nana me envolvía en la toalla.

— Eso también creía yo — contestó.

Saliendo del baño Nana busco mi ropa y me cambie; en cuanto estuve lista baje para encontrarme a mi tía leyendo en el sillón y a Alex jugando con esa cosa llamada perro, al verme ambos me saludaron.

Un Contrato, Una Promesa... y EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora