Especial de Navidad ~Lágrimas, sonrisas, regalos y muérdagos~

Start from the beginning
                                    

—Sebastian nos va a matar —gritaron los tres al mismo tiempo imaginándose como el demonio terminaría la vida de cada uno de ellos; sin duda algo horrible de pensar.

—Tranquilos, encontraremos una solución —dijo Nana tratando de calmarlos, porque los pobres ya habían comenzado a temblar y podía jurar que Lacie estaba a punto de orinarse del miedo.

La puerta de la mansión se abrió, los tres temblaron ya que no faltaba mucho para que Katherine y Sebastian llegaran; sin embargo, suspiraron aliviados al ver que se trataba de Alexander Wilson, el primo de su ama; quien grito alarmado ante el desastroso lugar.

—No quiero preguntar —susurró para si mismo, pero tuvo que hacerlo ante las miradas de desesperación de los tres pobres sirvientes, y al escuchar todo el plan quedo fascinado—. No sé preocupen, yo les ayudaré. Esta será la mejor Navidad de Kathe.

El joven conde utilizo sus influencias para encontrar personas capacitadas para ayudar. Tenían todo para sacar la decoración adelante.

Y mientras ellos componían el desastre Sebastian trataba de entretener a Kathe más tiempo de lo planeado, ya que gracias a un mensaje de texto de Isabel sabía que las cosas se habían complicado. Ya no sabía que más comprar o poner de pretexto, cada vez se escuchaban más falsas sus peticiones u opiniones.

—Según mi lista ya esta todo listo para mañana, tengo los regalos para todos —dijo Kathe en voz alta tachando la ultima cosa anotada en el pedazo de papel—. Será mejor que volvamos.

¿Qué tan difícil era entretener a una adolescente de diecinueve años?, Sebastian sin duda no tenía idea.

—¿Estás segura que no nos falta nada? —Kathe afirmó—. Sigo pensando que no anotaste algo en tu lista —dijo quitándosela para ingeniar alguna distracción.

—Pues revisa rápido porque no pienso volver por cualquier tontería que se te haya olvidado —advirtió amenazante, Sebastian estaba en blanco, ¿Qué se supone que diría?

De manera discreta se fijo por todas partes, no veía nada que pudiese llamarle la atención a Katherine, por lo que se resigno a jugarse su ultima carta; tomó las bolsas y se encaminaron al auto, Kathe subió, pero Sebastian no.

—He olvidado algo —le hizo saber tratando de verse relajado—. Espera en el auto, vuelvo en seguida.

Katherine ni siquiera pudo regañarlo porque de manera inmediata Sebastian desapareció, ella quería volver a casa lo más pronto posible, encerrarse en su habitación y dormir hasta que fuese veintiséis de diciembre, no quería que le recordaran lo que ya no tenía. Una familia.

La Navidad en Inglaterra es una celebración en familia y ese es su principal enfoque, más allá de celebrar algún aspecto religioso se trataba de convivir con los seres queridos más cercanos, pasarla en familia.

Hace años que Kathe no la celebraba, ya que desde que murieron sus padres Harrison la mantenía encerrada y alejada de todos; ni siquiera la dejaba pasar esa fecha con su tía y su primo, sin embargo, poco a poco Kathe entendió que Harrison hacia bien en no dejarla salir, para así no recordar lo que le había sido arrebatado. Tal vez no se ponía tan melancólica que, en su aniversario de muerte, pero de cierta forma le afectaba.

Los minutos se le pasaron a Kathe tan lentos que en cuanto viera al demonio sin duda lo mataría de la forma más horrorosa que se le ocurriera, obviamente esa forma es tan desagradable que es preferible no saberla.

—¿Qué tanto esta haciendo? —preguntó en voz alta saliendo del auto, comenzaba a oscurecer y el frio viento de invierno se sentía más. Se cubrió más con su bufanda y se dispuso a ir a buscar a Sebastian.

Un Contrato, Una Promesa... y EllaWhere stories live. Discover now