Volviendo a ti ❀ KaiSoo

✨ 09

Ese maldito infeliz, él no sabía absolutamente nada de llevar un bebé dentro; para colmo de males bollito se estaba poniendo cada vez más juguetón. Le pateaba el estómago como su fuese un maldito balón y ChanYeol incluso había hecho bromas diciendo que sería un gran jugador de futbol.

KyungSoo solo se dedicaba a rodar los ojos con una sonrisa en los labios. Su mejor amigo se había puesto muy feliz cuando le dijo que era un niño. ChanYeol saltó de alegría porque "Ves, te lo dije... te dije que era una panza puntiaguda y sería niño". Así que el alto cada que podía lo invitaba por un helado y lo llevaba a comer incluso con BaekHyun presente. KyungSoo se sentía muy abochornado porque presentía que el bajito lo odiaba, pero lo cierto es que aunque BaekHyun al principio se mostró un tanto distante y renuente con el paso de los días incluso había ido a visitarlo a su casa un rato para ayudarlo en lo que pudiera, o simplemente para acompañarlo y que no se sintiera tan solo.

KyungSoo lo agradecía, que BaekHyun se comportara amable quizá era una táctica de ChanYeol para que limaran asperezas pero los dos seguían viéndose algo distantes incluso después de intentarlo.

El bajito se quejó cuando sintió a su bolita de carne patearle el estómago una vez más y sintió a JongIn removerse entre las sábanas. La primavera estaba llegando pero el frío seguía sintiéndose demasiado severo algunos días, el moreno estaba todo arropado pero KyungSoo ni siquiera podía moverse para acomodarse la colcha de manera apropiada, porque le pesaba el estómago, sentía que estaba cargando el mundo entero en lugar de un simple bebé.

JongIn abrió los ojos y parpadeó para acostumbrarse a la oscuridad, observando la silueta de KyungSoo, la forma perfecta de aquel rostro del que amanecía enamorado cada día más. Vislumbró sus perfectos labios de corazón temblar y tragó saliva porque repentinamente le entraban ganas de besarlos.

Sin embargo lo escuchó sentarse y decidió desperezarse para prestar atención, conforme pasaba el tiempo KyungSoo dormía cada vez menos y él estaba cada día más cansado.

Ir de un lado a otro corriendo para no perder el metro lo traía loco. Sentía que el cuerpo se le iba deshacer uno de esos días e incluso algunas veces sentía que debía contener las lágrimas para que no lograran salir de sus lagrimales, porque seguramente lo que él pasaba era mucho menos que lo que KyungSoo tenía que pasar día a día.

Su carga era más bien de trabajo. Bailar y bailar nunca le pareció tan cansado hasta que tuvo facturas que pagar, peor aun cuando Kyungsoo dejó de presentarse en la sinfónica debido a que su embarazo estaba demasiado avanzado.

JongIn hubiese querido tener dinero para que sus dos amores no pasaran carencias, hubiese querido no tener que trabajar tanto y pasar más tiempo en casa, disfrutando cada etapa del embarazo como era debido. JongIn lamentaba mucho el siempre llegar corriendo a todos lados, cuando tenían clases de ejercicio para el parto, recomendadas por BaekHyun. La mayoría de las veces KyungSoo siempre terminaba haciendo todo solo, con ChanYeol o con el profesor que lo tomaba de muestra.

A JongIn le dolía no quedarse dormido hasta tarde y llevarlo a comer a donde él quisiera, que KyungSoo no tuviera que tragarse sus antojos porque quería ahorrar dinero. Acurrucarse en el sillón a ver alguna película con palomitas o llevarlo al cine a comer las crepas que tanto le gustaban.

JongIn tragó saliva de tan solo pensarlo y sin dudarlo se aproximó cauteloso hasta su marido, dejando que su mano viajara hasta su estómago para acariciarlo dulcemente, dejando que las yemas de sus dedos se enrollaran en la punta de la camiseta que llevaba, recorriéndola hacia arriba para poder acariciarlo apropiadamente.

JongIn paseó sus dedos sobre la superficie de la piel estirada una y otra vez, sintiendo en el trayecto de sus múltiples caminillos invisibles el movimiento de su hijo, de ese retoño que crecía dentro de la persona que más amaba en el planeta, sonrió en automático de sentir aquella vida que parecía reaccionar al contacto de su mano y se acomodó de tal manera que pudiese aproximar su rostro en aquel lugar.