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🐻🐭🐧

🌠Antes

Cuando KyungSoo entró a la habitación de JongIn, se dio cuenta de que toda su casa por completo era un reducido espacio. Los muebles estaban demasiado pegados y sobraba muy poco lugar para transitar en el estrecho pasillo hacia las dos habitaciones.

JongIn le había contado un montón de historias sobre sus padres, sobre lo trabajadora que era su madre y lo mucho que había luchado por mantenerlos a ambos tras el fallecimiento de su padre. Pero lo cierto es que estaba aliviado de no encontrarla por ahí, no todavía.

A KyungSoo se le revolvió el estómago de solo pensar que conocería a la madre de JongIn un día de esos, porque el moreno se lo había pedido así y él no era quien para negárselo. No después de todos esos besos que se habían dado en la oscuridad, con el piano de fondo o las mismas estrellas adornando el panorama cada que caminan a casa tomados de la mano.

Cuando JongIn tenía que permanecer en sus prácticas, KyungSoo lo esperaba y lo observaba practicar desde la puerta del salón de ensayos. Le parecía fascinante como el semblante de JongIn se transformaba en algo mucho más serio, pero a la vez completamente satisfecho, le parecía completamente sensual el mero hecho de que JongIn se entregara en cuerpo, mente y alma al baile mientras hacía que sus pies se plegaran en sus puntas, haciendo que las rodillas se doblaran casi con perfección bajo un nombre que a KyungSoo le costaba mucho trabajo aprender.

JongIn se los había dicho todos, todos y cada uno de ellos, con muestras gráficas cuando los demás bailarines comenzaban a recoger sus cosas y él se quedaba para explicarle a su novio la diferencia entre un Sissone y un Sissone Fermée, pero el bajito pese a que eran diferentes los movimientos, simplemente no podía retener los nombres porque el francés nunca se le había dado bien.

JongIn lo sacó de su continuo ensimismamiento cuando abrió la puerta de su cuarto y se hizo a un lado para dejarlo pasar. KyungSoo entró en silencio y se detuvo un segundo después, con el corazón dándole un salto tras darse cuenta de que es la primera vez que estaba en la habitación de su novio. Cosa que lo puso casi a temblar.

JongIn cerró la puerta con cuidado y lo observó con una sonrisa implacable en el rostro.

Los grandes ojos de KyungSoo observaron tras las gafas detenidamente todo el perímetro, desde la pequeña mesita en el rincón, llena de libros que parecían hablar de danza clásica y moderna, pasando por la diminuta ventana con las cortinas corridas, un pequeño agujero que hacía de armario con la ropa del moreno y finalmente una cama que no terminaba de ser demasiado amplia.

El moreno se sonrojó al observar el tiradero que había en la habitación y se apresuró a estirar las sábanas un tanto infantiles de su cama, dejando al descubierto las figuras de ositos que a JongIn secretamente tanto le gustaban.

KyungSoo esbozó una sonrisa mientras lo observó ir de un lado a otro acomodando sus pocas pertenencias, dejando la bolsa en la silla del escritorio abandonada antes de desplomarse sobre la cama, soltando un sonoro suspiro que hizo a KyungSoo estremecer.

Sintió el estómago completamente revuelto cuando JongIn le hizo un gesto con la mano, indicándole que se aproximara, que fuera directo hacia él, y KyungSoo movió sus pies sin dudarlo, suaves y lentos sobre la desgastada alfombra que se dedicó a observar para no tener que verlo directamente a los ojos.

Las mejillas le ardieron cuando se sentó a su lado, llegando a él como uno de esos animalitos que iban directo hacia la luz, completamente cegados por su belleza. KyungSoo podía ver la belleza que JongIn irradiaba en cada uno de sus sutiles movimientos corporales cuando estaba bailando.

Volviendo a ti ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora