Marvel One-Shots

43. Steve Rogers

Advertencia: smut.

Ja ya querían jsjsjsj inocente palomita ahre

Maggie subió al ascensor, topándose con Tony. Esbozó una sonrisa, imaginando lo que diría

- ¡Ay no, por favor! –exageró. Maggie rió, mientras apretaba el botón 20.

- Hola para ti también, Tony –dijo sarcástica. El millonario apretó el botón que detendría el ascensor por un rato.

- No puede recibir visitas mientras trabaja, lo siento señorita – la morena dejó escapar una risa y golpeó levemente su hombro.

- ¡Ve a hacer lo tuyo! Le preparé el almuerzo –hizo un puchero, señalando su bolso. Y es que esa era la única razón por la que ella iría a visitarlo en su trabajo. ¿O no?

- Me iré sólo por la razón de que Pepper me está esperando –salió del ascensor mientras caminaba hacia la gran puerta de cristal de la torre Avengers -, ¡Sólo 20 minutos! – gritó antes de cruzar la gran puerta, al mismo tiempo que el ascensor se cerró, provocando que Maggie soltara una carcajada. Esperó unos 2 minutos, hasta llegar al piso 20.

Pasó por la gran sala, observando los rascacielos de la ciudad de Nueva York por la gran ventana. Abrió la gran puerta que la dirigía al gimnasio, donde Steve se encontraba con Bruce, probando su traje, al que le habían hecho algunas mejoras.

Bruce y Steve se dieron la vuelta al oír la puerta de la gran sala abrirse, viendo a Maggie entrar. Ella corrió a los brazos de Steve, dándole un corto beso, y luego le dió un abrazo a Bruce.

- Ey, ¿qué haces por aquí? -Banner se dió la vuelta, tomando los guantes de Steve de la gran mesada de metal.

- Le traje un almuerzo a Steve -sonrió, tomando la mano de su novio.

- Ya veo, nunca algo para mi -Bruce fingió un tono triste, haciendo que Maggie hiciera un puchero y lo abrazara.

- Te haré algo para ti la próxima -sonrió.

- Galletas -la apuntó son su dedo, mientras Maggie asentía-, bien, los dejaré un rato -dicho esto, Bruce salió de la gran sala, dejando a ambos solos.

- No era necesario que me trajeras el almuerzo, hay de todo aquí -Steve río. Maggie adoraba verlo reír, era simplemente hermoso, la forma en la que sus suaves labios se curvaban le encantaba.

- Porque quería prepararte algo -respondió simplemente, acercándose a él.

- ¿Ah, si? -preguntó el capitán. Ella entrecerró los ojos, mirándolo así por unos segundos.

- ¿A qué crees que vine exactamente? -preguntó burlona.

- A terminar lo que comenzamos en la mañana -susurró Steve en su oído, mientras la tomaba por la cintura.

Maggie sintió el calor subir a sus mejillas, pero rápidamente acercó su cuerpo al de Steve, colocando sus manos alrededor de su cuello. Steve unió los labios de ambos en un apasionado beso, mientras la subía a la gran mesada del laboratorio, y colocaba sus piernas alrededor de su cintura.

- Steve...está Bruce aquí -Maggie murmuró agitada, sentía la adrenalina por su cuerpo.

- Probablemente ha ido a comer algo, no te preocupes -murmuró apenas audible en su oído, mientras comenzaba a dejar cortos besos en su cuello.

La morena observó por última vez la puerta del laboratorio, y prefirió centrarse en los labios de su novio. Mordió su labio inferior, provocando que el rubio sonriera y relamiera sus labios, antes de atacar sus labios ferozmente otra vez. Gimió al sentir cómo Steve apretaba ligeramente su trasero, provocándola.