31. Wanda Maximoff

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Un grito de dolor, y todo se paró de un segundo a otro. El coronel Rhodes se quitó la mascara, para ver bien. Una cara de angustia total apareció en el.

Wanda estaba estática, no podía creerlo, sólo veía a Natasha, Tony y Steve acercarse a su compañera, su mejor amiga, su novia.

- Lo lamento tanto Wanda - logró decir la joven. Podían notar el gran esfuerzo que hacía para respirar.

Wanda tomó su mano fuertemente, mientras Tony hacía lo que podía. La sokoviana no lograba parar de sollozar, sus mejillas estaban empapadas en lágrimas.

- No es tu culpa, Dios, no lo es - respondió la Maximoff.

Todos estaban conmocionados, no podían evitar soltar una gran cantidad de lágrimas. ¿A esto debía llegar todo?

Stark trataba de detener la hemorragia, pero era imposible. La gran herida no podía ser controlada.

- Vas a estar bien, vas a estar bien - murmuraba Wanda. La más joven sonrió débilmente.

- Gracias a todos por ser la mejor familia, lamento que todo esto pasara - murmuró mientras tosía. Sentía que sus párpados se volvían pesados.

- Por favor, no -susurró Wanda, mientras acariciaba suavemente el cabello de su novia.

- Prometanme que solucionarán las cosas - logró murmurar. Steve acarició levemente su mejilla, asintiendo.

- Claro pequeña - dijo el Capitán, con sus ojos cristalizados.

El coronel Rhodes lloraba al lado de la joven Gray.

- Enserio lo siento - dijo arrepentido, la chica tomó su mano y sonrió.

- No es tu culpa - murmuró-. No digas eso - negó.

- Prometeme que nos volveremos a ver - sollozó Wanda, abrazando el cuerpo de su novia.

- Y tú prometeme que harás tu vida- dijo Gray, colocando su mano en la mejilla de la persona que mas amaba, Wanda negaba rotundamente-. Necesito irme sabiendo que lo harás-susurró.

Wanda gritó del dolor, le dolía, le dolía perder a la persona que más quería una vez más, le dolía perderla en una guerra, y le dolía que esa persona le pidiera que siguiera adelante.

- Lo haré- susurró. Se acercó a su novia, y tomándola de sus mejillas, la besó lentamente- Te amo -susurró.

- Yo más brujita -sonrió débilmente la más pequeña.

- Prometeme que siempre estarás conmigo-sollozó Wanda.

- Lo prometo - susurró su novia.

La joven Gray sentía como la vida se le iba de a poco, no sabía cual iba a ser su último respiro, pero sabía que lo daría viendo a la persona que más amaba, a Wanda Maximoff. Subió su mirada encontrándose con todos.

- Gracias - susurró. Sus párpados caían levemente, se giró para ver a Wanda - Nos vemos - susurró, y fue ahí cuando respiró por última vez.

Todos se quebraron en ese momento, sólo sollozos y lamentos podían oírse. Wanda tomó su cabeza entre sus manos y subió su vista al cielo. Gritaba de dolor y lloraba fuertemente, Steve la tomó por los hombros, abrazándola fuertemente.

- ¿Por qué? -preguntaba ella sin parar, negando con su cabeza, incapaz de poder creerlo.

Y así fue como todo tuvo que terminar, con una compañera menos entre ellos.

[...]

Las hojas que caían por el pasto del patio anunciaban la llegada del otoño. Wanda las pisaba, apreciando una por una. Caminó hasta un banco debajo de un árbol, todos estaban dentro, tomando café. Miró hacia el cielo, observando las nubes que anunciaban que la lluvia no tardaría en llegar.

"A ella le gustaban éstos días" pensó Wanda.

Suspiró pesadamente, aún no lograba entender cómo había vivido cuatro meses sin ella. Cuatro dolorosos, agobiantes, y horribles meses. Cerró sus ojos, disfrutando como la brisa la golpeaba. Pero esta brisa no era fría como se supone debía ser, no. Era cálida, y la reconfortaba de cierta forma. Sonrió, sentía que era ella, su novia, la cual nunca quería que Wanda estuviera sola.

- Se que eres tú -murmuró Wanda. La brisa la azotó más fuerte, despeinandola.

Lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, y leves sollozos se escapaban de su boca. Mágicamente, la brisa había secado en un segundo toda lágrima que la Maximoff tenía en su rostro.

- Te amo -murmuró Wanda, y luego esa brisa cálida la abandonó, llevándose consigo unas cuantas hojas.

Wanda sonrió débilmente, y giró su cabeza hacía la gran ventana del complejo. Todos la estaban observando. Wanda sonrió y se levantó del banco, comenzando a caminar. Pudo ver el rostro de Steve, comprensivo como siempre. Entró al complejo y se sentó al lado de su amigo, los demás estaban preparando algo en la cocina.

- ¿Todo bien? -preguntó Steve. Wanda tomó una bocanada de aire.

- Todo bien- sonrió, y giró su vista a la ventana, observando como las hojas giraban en el aire con fuerza, pegándose en la ventana.

Wanda sonrió y aceptó el café que Natasha le había ofrecido. Asintió mirando la ventana. Ella estaba cumpliendo su promesa, ella siempre estaría con ella.







Soy un asco hasta para los OS tristes😳
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