28 viejos amigos...

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Abro mis ojos rápidamente debido al azotar de una puerta.

— ¿quién puede ser a esta hora?—le pregunto a Zayn.

— Algún desocupado—gruñe.

Se levanta de la cama, toma su bóxer de cuadros y se viste. Camina hasta la puerta y se marcha. Yo me dedico a buscar mi ropa interior, la noche había sido intensa y no tuve en cuenta en donde deje mis cosas. Ubico mis cosas a un lado, estiro el brazo derecho y agarro la tanga junto con otra cosa más, que al abrir me doy cuenta que es la camisa manga larga que Zayn tenía ayer puesta. Me visto con lo que tengo a mano y luego me recojo el cabello. Un bullicio se escucha, como si de una pelea se tratara, salgo corriendo de la habitación, la puerta de la calle está abierta y hay una redondilla de personas, dos hombres sostienen a Zayn quien está todo golpeado, mientras que otros dos sostienen a un muchacho que en sus ojos solo se puede ver furia y toda esa va dirigida hacia Zayn. Mi corazón se acelera y mi primer instinto es correr hacia dónde está mi novio. Ahueco su rostro entre mis manos y lo limpio un poco.

— ¡Qué bonita muñequita tienes Malik!—grita el muchacho—te la has de coger como te cogías a todas.

— ¡SILENCIO IMBECIL!—grito enojada.

— Harmony por favor entra a casa, él puede ser peligroso—susurra Zayn—no quiero que te pase nada.

— ¡No me importa!—contesto.

Poco a poco la multitud se esparce y nos deja solo a los tres. Aquel hombre ríe descontroladamente, luce como un sádico.

— Te vas a arrepentir Malik... esto no se queda así ¡¿me escuchaste maldito bastardo hijo de perra?! —grita. Pasa una mano por su lengua y lame la sangre que corre por ella—así mírame maldito... así me voy a deleitar cuando sea tu sangre la que corra por mis manos.

La respiración de Zayn es pesada y aprieta su mandíbula, esta tenso.

— No me retes, no me pongas a prueba porque las cosas pueden salir muy mal—contesta.

— ¿Cómo hace unos años? Maldito cobarde. Sé que aun el cargo de conciencia te carcome.

El hombre da media vuelta y se marcha. Yo ayudo a Zayn a entrar a casa y le digo que se recueste en el mueble para curar sus heridas. Aseguro la puerta lo más que puedo y luego voy al baño por el botiquín. Él mira hacia el techo... sus ojos brillan y sus respiración es pesada. Me siento a su lado y abro el botiquín, corto una gaza y le aplico agua oxigenada, para luego pasarla por su rostro y que se queje.

— ¿Qué ha pasado?—pregunto finalmente, sé que no es mi asunto, pero me preocupa que ese loco le pueda hacer daño.

— Nada—contesta con un débil susurro.

— ¿Cómo que nada?—cuestiono algo enojada y aprieto un poco la gaza en una de sus mejillas.

— ¡Auch! Eso duele Harmony—da un pequeño grito y se estremece.

— Eso no duele nada—contrarresto—ahora... podrías decirme que paso—insisto.

— Solo fue un idiota rencoroso—suspira y arruga el rostro.

— Alguna razón ha de haber, nadie es rencoroso de un día para otro. Siempre hay algo más.

— ¿estas dudando de mí?—inquiere.

— No dudo de ti, ni por un momento... solo digo que uno no es perfecto y a veces como actuamos a muchas personas no les gusta.

— No lo entenderías...

Everything that I need [ z.m.] #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora