17 la boda tiene un imbécil

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Dos semanas después todo marcha bien. Me acople bastante rápido a la casa. Zayn venia de vez en cuando a hacerme compañía o yo iba a su cabaña. Doy los últimos toques a mis ojos semi ahumados y luego paso a mis labios con un color palo de rosa. El vestido negro de encaje que llega más arriba de mis rodillas y es manga larga, me queda a la perfección. Lo acompaño con una sutil cadena plateada. Me suelto el cabello y lo peino a la mitad, luego con los dedos doy un poco de volumen y estoy lista. Salgo del cuarto y camino por el pasillo hasta llegar a las escaleras. El resonar de mis tacones llama la atención de aquel hombre que se encuentra sentado en los muebles, quien al verme una sonrisa se dibuja en su rostro. Al igual que yo el viste de negro a excepción de la camisa blanca que lleva debajo del esmoquin. Él se levanta y llega hasta el final de la escalera y espera que yo llegue. Bajo los escalones que me hacen falta. Zayn extiende su brazo y yo lo tomo.

— Luces tan preciosa. Me siento suertudo—susurra.

— Gracias, y tú no te quedas atrás.

El sonido de un claxon nos avisa que el taxi que hemos pedido ha llegado. Salimos de la sala de estar, pasamos el umbral de la puerta, luego por la concina hasta que finalmente llegamos al comedor. Seguimos hasta la puerta de la calle, la cual el abre con un gesto caballeroso y deja que yo salga primero. Sigo hasta la reja y espero a que el salga, aseguro con candado y cuando doy la vuelta ya la puerta del taxi está abierta. Entro, me acomodo y guardo las llaves de la casa en mi bolso.

— Buenas, nos lleva a la catedral—digo.

El taxista asiente y pone en marcha el vehículo. Los nervios no dejan de estar presentes, apuesto lo que sea a que el estúpido de Fred va a estar ahí. Miro hacia todos lados y accidentalmente la mirada de Zayn con la mía se chocan.

— Luces nerviosa princesita—dice.

Miro hacia ambos lados, esperando una respuesta coherente por parte de mi cerebro, hasta que abro la boca:

— ¿yo? patrañas, solo que llevo tiempo sin ir a misa, y creo que si piso esa iglesia me quemare.

Él sonríe y asiente con lentitud.

— Entonces nos quemaremos los dos, porque he pecado con la mente muchísimas veces...

Por mi cabeza pasan miles de cosas haciendo que el calor suba a mis mejillas, me siento como una colegiala. El auto se detiene y salgo de mi pequeño trance. Zayn paga la carrera y se baja a abrirme la puerta. Me tiende la mano y yo la agarro. El cierra y luego extiende su brazo. Todo esto tiene doble intención, pues Fred está en toda la puerta de la iglesia junto con el que dentro de unas horas será el esposo de Estefany, el observa toda la escena. Luce indignado mientras que yo solo sonrió y me apego un poco más a Zayn. Subimos los escalones para llegar a la puerta y la mirada de aquel hombre rubio nos recorre con odio y fastidio. Tomamos asiento en la parte de atrás y nuestras manos se rozan... es indescriptible lo que se siente. Con el pasar de unos minutos la marcha nupcial se escucha. Todo el personal se levante y ahí viene mi amiga, el velo termina en flores blancas al igual que la cola, siendo que estas son más grande. En la parte del escote es sencillo con algunas perlas pequeñas. Su maquillaje es sutil al igual que su cabello, ya que ella lo mantiene corto.

Con el pasar de los minutos la ceremonia acaba y los padres de Estefany indican que la recepción será en el salón de eventos que se encuentra a las afueras de la ciudad. Zayn y yo salimos de la iglesia antes de que la multitud nos lleve por delante. Nos situamos en la acera a esperar un taxi. Unas manos en mi cintura y un "buh" a todo pulmón se hacen presente. Giro algo confundida y me encuentro con unos ojos azules y melena rubia, es Samara y tiene una gran sonrisa en su rostro.

Everything that I need [ z.m.] #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora