Mis piernas comenzaron a fallar y mis lágrimas cayeron sin piedad cuando escuché un pequeño silbido y mi corazón se detuvo hasta notar que venía de una Lauren que no podía aguantar la risa, su carcajada salió de repente haciendo latir mi corazón tan fuerte como sólo ella podía hacerlo. La abracé fuertemente y luego me alejé. —¡¿Estás loca?! —Grité limpiando mis lágrimas, ella se sentó y dejó de reír al notar mi furia.

—Yo... Camz, lo siento. Era sólo una broma. —Ella trató de abrazarme pero la alejé y me levanté.

—¡¿Una broma?! ¡¿Una estúpida broma?! ¡Creí que estabas inconsciente! —Dije y la empujé al notar que se me acercaba, ni siquiera retrocedió. Me giré y corrí tan rápido como pude de vuelta al hospital. Entré a su habitación y tomé el resto de mis cosas, para cuando iba a salir, Lauren estaba en la puerta para nada dispuesta a dejarme salir.

—Quédate. Y perdóname, fui una tonta y no debí hacerte pensar que me había pasado algo malo, en serio, no fue mi intención, pero eso me demostró que te importo. —Ella se acercó tan rápido que no pude detenerla y en un segundo sus labios impactaron con los míos. —Quédate...

—No puedo... —Dije triste.

—Quédate. —Volvió a besarme lentamente. —Por favor.

—No quiero. —Susurré ya sin fuerza de voluntad.

—Por favor, Camz. —Me hizo mirarla a los ojos y limpió las lágrimas que se escaparon. —Quédate, te necesito. —Sus labios me rogaron y dejé de resistirme, rodeé su cuello con mis manos y la abracé.

—Jamás vuelvas a hacer eso. Sentí que moría. —Dije y me di cuenta de mi confesión, me sonrojé y sentí su cuerpo tensarse.

—Perdona, hermosa. No lo haré más. —Besó la punta de mi nariz y me sonrió llevándome a la cama y quitando mi ropa. —Vamos a dormir. —Ella se quitó la suya y se dejó caer a mi lado, me recosté de su cuello y cerré mis ojos rogando que no fuera un sueño. —Buenas noches, Camz.

—Buenas noches, Lolo.


Sentí mi cuerpo arder y mi corazón acelerarse cuando mis ojos se abrieron. —Buenos días. —Dijo Lauren con una voz más ronca, sentí mi pierna humedecer con esa voz.

—Dios, buenos días. —Hablé jadeando, me estire y besé sus labios con ternura. —¿Cómo amaneces? —Sonreí y ella me correspondió con otra sonrisa.

—Maravillosamente bien. —Me dio un par de besos. —¿Y tú?

—Increíble. Dormí con la novia más sexy de este mundo y todos los cercanos. —Ella soltó una carcajada y yo me encogí de hombros. —Es cierto.

—Claro que no. —Me besó.

—Claro que si. ¿Qué hora es? —Pregunté sentándome en la cama y ella miró en mi teléfono. —5:30. —Dijo y me miró seria entregándome el teléfono. —Tienes un mensaje.

La pantalla reflejaba la letra M y un mensaje que me había llegado en la madrugada. "Preciosa, me debes algo, no creerás que se quedaría así ¿no? Esta tarde, en el club y no faltes, necesito hacerte mía otra vez. "

Mis mejillas ardieron. —Lolo, puedo explicarlo.

—Tienes que irte. —Se acostó de nuevo y miró fijamente al techo.

—Lauren, eso fue antes de que tú y yo estuviéramos juntas, no te he engañado, tienes que creerme. —Dije acelerada.

—Adiós Camila. —Susurró y me dio la espalda. —Cuídate.

—Pero Lolo, hablo en serio. Yo no iré a verla. —Traté de tocarla pero ella sólo se quitó de golpe.

—¡Déjame sola Camila! —Dijo y yo me asusté. —Vete ahora, no pueden verte aquí.

Me levanté con el corazón roto de la cama y me coloqué mi ropa rápido. Tomé una bocanada de aire y susurré antes de salir: —Te quiero.

Esperaba una respuesta de su parte pero sólo obtuve silencio. Bajé en el ascensor y condujeron hasta mi departamento, dejándome caer mi cama al llegar, mis ojos comenzaron a humedecerse y las lágrimas se hicieron presente hasta que mi llanto no se pudo detener, horas después, me encontraba en mi cama abrazada a mi almohada, con los ojos hinchados de tanto llorar y un terrible dolor de cabeza.

Escuché la puerta abrirse y no quise ni girarme a ver el motivo. Sentí un rayo de luz impactar en mi rostro y el ardor en mis ojos. —¡Cierra esas jodidas cortinas!

Ally me miró preocupada y se acercó a mi. —¿Camila? ¿Estás bien? —Creí que ya había llorado todo lo que podía pero al sentir a Ally abrazarme, comencé a llorar de nuevo y tuve que contarle todo.

—Ve a hablar con la chica del club, dile que te deje en paz. —Habló calmada después de calmarme a mi.

—¿Tú crees? —Dije limpiando mis ojos.

—Si, toma una ducha y cámbiate, voy a prepararte algo de comer. —Ella se levantó y yo asentí. Para cuando salió de mi habitación, tomé una larga ducha y me vestí para luego salir a la cocina. Ally había preparado una lasaña.

—Dios, muero de hambre. —Tomé un plato y me serví una gran porción. Ally se sirvió y comimos en silencio. —Son casi las cuatro, ¿crees que ella ya esté en el club? Abre a las siete.

—Seguro que si, ella debe practicar su rutina y todo aquello. —Ally tomo mi plato y el suyo, se levantó y lo llevó al lavavajillas.

—Bueno, entonces creo que la iré a visitar un rato y no será tan linda la visita. —Dije y Ally se carcajeó. —Y necesitamos hablar sobre el hecho de que entras a mi casa sin avisar, es preocupante. —Sonreí.

—Nos vemos más tarde. —Ella me devolvió la sonrisa y yo salí con las llaves del auto en mis manos. Bajé en el ascensor y condujeron hasta la entrada del bar. Estaba cerrado por lo que tuve que recurrir a la puerta trasera. Esperé a que alguien abriera y entré a escondidas llegando al camerino de las chicas, todas me saludaron y yo asentí como saludo.

Caminé hasta el camerino y la puerta estaba entreabierta. —Vaya sorpresa, déjame adivinar, estás en problemas de nuevo.

Tenemos que hablar. —La segunda voz se me hacía conocida. Empuje levemente la puerta y entré en la habitación quedándome paralizada con la imagen que tenía frente a mi.

—¿Qué demonios haces aquí?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

Psycho In Love CamrenWhere stories live. Discover now