XXII

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Déjate llevar. Ya tendrás tiempo para arrepentirte luego, pero quizás no tengas tiempo para otra oportunidad.
                          Skyistipping

Emma parece simpática.

Por si alguien aún no lo ha comprendido, Emma es la chica con la que Jace está flirteando.

Es una nacida en Osadía, de ahí que Jace se acercara a ella solo en las clases y juegos compartidos con todos los iniciados.

Para mi sorpresa, es muy diferente de lo que pensaba.
Y habla por los codos.

Asiento vagamente de vez en cuando, pero mi mente está muy lejos de aquí.

Mi mente está en el otro extremo del comedor, donde Eric se sienta.

- Debería ir a mi dormitorio- sugiere Emma levantándose ágilmente - y vosotros deberíais hacer lo mismo.

Dicho esto, la chica se inclina rápidamente sobre Jace para dejar un beso en su mejilla, y después menea sus caderas fuera del comedor.

Miro a mi amigo alzando una ceja, divertida. Él solo alza las manos como si no tuviera nada que ver.

Charlamos sobre la fiesta de esta noche de camino al dormitorio de los iniciados.

Una vez allí, las colas de la ducha se hacen notar.
Tardo toda una hora para entrar en la mía.

Cuando salgo, la mayoría de los iniciados han salido ya hacia el Pozo.

Cojo mi vestido del lavabo, y me lo pongo en un pis-pas. Mi cabello aún gotea, así que me pongo una toalla seca sobre los  hombros para no mojarlo.

Me pongo el colgante con el símbolo de Osadía que me compré, junto con los tacones. En ellos están todos mis créditos desperdiciados.

- Estás guapísima - me halaga Jace, saliendo de la ducha ya vestido y colocándose detrás mía en el espejo - estamos guapísimos.

Suelto una carcajada, con los ojos llorosos. No me creo que lo hayamos conseguido.

- Debería ser yo quien te piropeara.

- Ya, pero como no lo haces lo hago yo mismo - contesta con una sonrisa, ofreciéndome el brazo - ¿ vamos ?

- Vamos - asiento, enganchándome a él.

Camino con cuidado fuera del baño. Antes de salir del dormitorio de iniciados, le echo una última mirada. Será la última vez que durmamos aquí.

Cuando terminamos de bajar las escaleras que dan al Pozo, descubrimos que la fiesta está en todo su apogeo.

El bar de Osadía ha sido trasladado aquí. Hay barras puestas alrededor de todo el Pozo, y en el centro una enorme pista de baile. Fuera de la pista, círculos de mesas para toda la gente.

Paso mi mirada de un lado a otro. Toda Osadía está aquí. Uno no se perdería la mayor celebración del año por nada del mundo.

- ¿ Bailamos ? - pregunto ansiosa,  mientras mi energía va subiendo por momentos.

- Adelántate tú, voy a pedirnos unas copas - me susurra en el oído por el ruido.

Yo asiento y me cuelo hasta llegar al centro de la pista de baile.

No conozco a nadie, pero no importa. Siento la música, el ritmo, y me muevo con él.

Jace trae bebida para ambos. Tomo una copa de algo llamado " ron" que no había probado antes. Quema la garganta, pero está bueno y hace que te sientas más contento. A medida que avanza la noche, me tomo unos cuantos vasos más.

Cuando dan las 12 estoy colorada como un tomate, con la energía con las nubes y la risa descontrolada.

- ¡ Miembros de Osadía ! - grita Max desde una zona elevada, y el silencio se hace durante un instinto - ¡ Un brindis por los nuevos miembros !

Un grito acompaña a su frase, grito que retumba por todas las paredes.

- Creo que tengo que sentarme - le grito a Jace con una risilla.

Él asiente atontado y buscamos una mesa libre. Cuatro nos ve, y nos hace una señal a lo lejos.
Hay sitio en su mesa para nosotros de sobra.

- Hola - saluda Jace sentándose al lado de una chica con el pelo negro y muy corto.

- Hola - saludan todos.

Sorprendida, veo a la chica que se apoya en el pecho de Cuatro. Jamás me imaginé que el instructor tendría algo con alguien.

- Tris - se presenta ella al ver que me he quedado mirándola.

- Arelys - respondo riéndome.

- Estos son Cristinna, Will, y...

- Zeke - interrumpe el otro chico - ¿ Sabías que tu nombre significa guerrera ?

- Sí - sonrío tontamente. Creo que he bebido demasiado de esa cosa.

Me tiro una gran parte de la noche hablando con Zeke, descansando las piernas hasta que tengo ganas de bailar otra vez.

- ¿ Vienes ? - le pregunto señalando la pista.

- Claro - asegura.

Zeke es definitivamente muy guapo. Tiene el cabello completamente negro, peinado hacia un lado, y debe de medir un metro noventa. Aunque soy alta, tengo que mirar hacia arriba para verle a los ojos.

- Creo que tienes un admirador- susurra en mi oreja, señalando con la cabeza hacia atrás.

Disimuladamente, intercambiamos posiciones y echo una ojeada. Es Eric, y no parece estar demasiado contento.

- ¿ Me dejas... - pregunto dubitativa. Tampoco quiero utilizarle.

- ¿ Darle celos ? - adivina - Será un placer.

Las manos de Zeke se colocan a ambos lados de mi cintura, y me atraen hacia él.

Yo llevo la mano a mi pelo, lo revuelvo y sigo bailando, sin poder evitar mirar de cuando en cuando hacia su dirección.

Su mandíbula se tensa, y desde aquí puedo ver como sus nudillos se ponen blancos en sus puños apretados.

Eric sale de la fiesta en dirección a las escaleras con aire enfadado.

- Bingo - grita Zeke, soltándome,  y yo suelto una carcajada - adiós, muñeca. Ha sido un placer dar celos contigo.

- Igualmente - río, antes de deslizarme hacia las escaleras.

Sigo por el pasillo con la esperanza de verle.

Y efectivamente, allí está, apoyado en la pared, con las manos cerradas por encima de su cabeza.

Parece estar conteniéndose.

- ¿ Eric ? - pregunto divertida - Se te ve furioso.

En un rápido movimiento, sus manos agarran mis hombros y me pega bruscamente contra la pared, poniendo su cuerpo frente al mío de modo que no pueda escapar.

- ¿ Qué pasa ? ¿ Por qué te has ido así de la fiesta ? - pregunto inocente.

Eric aprieta más mi brazo y se acerca mucho a mi rostro, mezclando nuestros alientos.

- No juegues conmigo, nena, o te arrepentirás - sisea amenazante, pero yo lo único que puedo es sentir un escalofrío por el apodo usado - ningún iniciado se mete en mi terreno, ni siquiera tú.

- Se te olvida una cosa, bebé - respondo burlona - Ya no soy una iniciada.

No puedo seguir hablando, porque el cuerpo de Eric cede y se pega al mío, y sus labios besan bruscamente los míos.

Me esfuerzo en no dejar que mis piernas tiemblen, y reacciono.

Es un beso animal, brusco... y excitante. Justo lo que me esperaría de alguien como Eric.

- Tenemos mucha noche por delante para discutir quien tiene más autoridad aquí - susurra con la voz ronca, y yo no hago más que morderme el labio con fuerza ante su insinuación.

FactionlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora