(←) Capítulo 11: Bienvenida

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~Ánica~

Okey Okey, se que esto se ve mal y que cambié por completo el plan pero...

retrocedamos un poco.

Allan estaba aburrido, pues mi hora de bajar aún no llegaba, hasta que vio la cortina de la sala, era tan llamativa y con muchos adornos que no podía contenerse, o eso pensaba yo mientras lo veía, sus ojos le destellaban cual estrella mientras movía su cola.

—¡Fuera! impulso de idiotez.

Allan pensaba mientras caminaba al barandal del otro extremo de la escalera para subirse.

Después, sin calcularlo se resbaló, no se fue solo pues lo alcancé al jalar de su cola.

Mis fuerzas se habían ido por los nervios que tenía.

—¡Allan, te dije que te quedaras quieto!.

Y así fue como ambos terminamos en aquella situación.

Todos me miraban de una manera extraña, había varios flotando, lo noté porque lo hacían encima de mí.

—¿Una novia de sacrificio? Bitch~chan, esta vez si que te luciste.

—No es una novia de sacrificio, ¡ella es mi amiga! —Allan amenazaba con sus pequeñas garras a todos—. ¡Apártense o sentirán mi furia!.

Un pelirrojo muy parecido a Ayato me cargó por los hombros, haciéndome despegar los pies del suelo.

Laito, ella es Ánica Dilton y es nuestra invitada de honor, bájala ahora —ordenó Ayato.

—¡A~ahh esto es muy inusual! —dije flotando temerosa.

Reiji me miraba desde abajo con mucha atención. Se veía tan nervioso que llegué a sonreír por un momento.

—Ayato, exijo una explicación ahora mismo. ¿Cómo es posible que metieran a esta humana aquí sin mi autorización?.

Entonces el pelirrojo me dejó caer en los brazos de Reiji, cosa que me puso los pelos de punta, él solo me miró sorprendido.

—Se que esto es poco tradicional pero Ánica responderá todas sus preguntas en cuanto la cena se sirva, ¿no es así?

Ambos me miraron y yo asentí, tenía el miedo en mi garganta pero pude contenerlo.

—Así es, es un placer conocerlo Señor Reiji.

El karma de Reiji estaba floreciendo, la tortura ahora sería para él. Y es que el plan era perfecto.

Ayato y Yui aparentarían no saber nada de lo que me pasó; yo actuaba como si fuera una invitada muy importante y ahora miles de preguntas rondarían por su cabeza, simplemente delicioso.

—Digo lo mismo Señorita Dilton —aclaró su garganta y ajustó sus lentes.

~Reiji~

Un mar de sentimientos que no correspondían a mi naturaleza atravesaban mi estómago, todos malos por supuesto.

La pequeña rata me estaba jugando una treta y no me gustaba para nada.

La palabra "invitada de honor" me causaba náuseas.

—Reiji~san, a la cocina.

Esa maldita rubia pretenciosa, la última vez que vi a la pequeña rata fue en la biblioteca; y curiosamente le perdí la pista justo donde estaba su carrito de libros, no sé por qué pienso que ella está metida en todo esto.

Aquel gato y el SADISTA (Reiji Sakamaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora