Olvida tu pasado

Ladrón juzga por su condición

≈Math punto de vista≈

—ayudame— dijo en un susurro — son los Olsjsuwiycqvi— no entendí lo último que dijo y la llamada se corto

—¡DANIELLE!— le grite a mi celular, Zoe y Jay me miraban con curiosidad— lance un puño al aire

—¿Qué pasó?— se acercó rápido Jay

—Danielle— yo no sabia que decir

—¡¿QUÉ LE PASÓ?!— me grito mientras me movía

—¡NO LO SÉ!— grite  — me dijo que la ayudara, luego dijo que eran... y eso fue algo que no entendí— conté  un poco más calmado

—eso quiere decir que si esta secuestrada— hablo por fin Zoe

—¡no me digas!— le dijo Jay con sarcasmo y ella lo miró mal

—¡ya! Debemos hacer algo— interrumpí desesperado

—le avisaré a Natt— comento Jay mientras sacaba su celular y el papel que Natt le había entregado

—¡NO!— le cubrí la pantalla a su celular

—¿por qué  no?— me miro extrañado— él es el novio, debe saberlo

—era— susurre— todo esto se me hace extraño ¿no crees que él tiene algo que ver?

—no lo sé— Jay dudo unos segundos

—Natt no es asi— Zoe me miro mal— si lo dices es porque TU si serias capaz de hacer algo así

—¿Qué?— la mire sorprendido, sus palabras me habían dolido

—ladrón juzga por su condición— levanto los hombros indiferente

—bueno ya, lo que importa en este momento es Danielle— volvió a interrumpir Jay

—si— mire a Zoe, ella tenía un rastro de dolor en su mirada

—quieras o no, le avisaré a Natt— dijo Jay marcando el número, esta vez no hice nada por evitarlo

—Hermano, sé algo de Danielle— hablo —Aja, si si— contestaba a algo que él decía— te esperamos en el hotel— finalizó la llamada

—¿vendrá?— pregunte

—si— respondio

—en ese caso, es mejor que me vaya— me retire, camine por las calles e ingrese a una discoteca, bebí un poco y empecé a bailar con varias chicas inglesas que habían en el lugar, luego me senté y una mujer de aproximadamente 40 años se acercó a mi

—Matheus Moura— sonrió

—soy yo ¿quien me solicita?— sonreí

—mucho gusto— me estiro la mano— Christine Olson— al escuchar su apellido abrí los ojos con sorpresa y ella lo noto

—si, soy quien estas pensando— sonrió malvadamente

—¿Qué quiere de mi?— pregunte tomando un poco de mi bebida

—la historia es larga ¿quieres acompañarme a mi casa?— pregunto, yo desconfíe un poco pero termine aceptando, me subí a su auto y note que habían dos gigantes en la parte trasera del auto.