No, no lo haré... Ahora cierra la boca y largate a dormir. Me caías mejor inconsciente.

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"Y no me contaste cómo la pasaste anoche, wey"

Dos chicos formados en la fila del desayuno conversaban alegremente, sobre la noche anterior, mas de todas formas, cierto pelinaranja se sentía muy nervioso. Realmente no era bueno guardando secretos, llegaba a sentirse paranoico, como si todo el mundo supiese que ocultaba algo.

"¿Carnal?", llamó el compañero de TownTrap, Eak. Un chico de cabellos grises, y de ojos particulares de color amarillo mostaza, con ciertas marcas en su cara, parecidas a una X. Un tanto moreno, más bajo que su amigo.

El león se sobresaltó un poco, al escuchar como su compañero lo sacaba de sus pensamientos.

"¿Q-Qué? ¿Q-Qué secreto? ¡No sé de qué hablas!", TownTrap no sabía porque estaba más nervioso; por el aparente secreto que debía ocultar, o porque el chico que le gusta estaba junto a él.

"Nadie dijo nada sobre un secreto, te pregunté como te la haz pasado ayer, cabrón", frunció el ceño el peligris, "Préstame atención cuando te hablo, wey"

"Lo siento, carnal", se sonrojó el pelinaranja, sonriendo nervioso. Mientras que los dos amigos hablaban del evento, llegaron al mesón donde la cocinera servía los desayunos.

"¡Hola, mis niños!", sonrió la mujer detrás del mesón, alta, de gran tamaño corporal, piel morena y cabellos negros sujetados con una redecilla en la cabeza, "¿Qué les puedo servir esta mañana?"

"Buenos días, Martha", sonrió el peligris con una sonrisa coqueta, "Dame lo de siempre por favor, mi querida Martha"

La mujer sonrió, mientras levantaba una bandeja, "Huevos con doble ración de tocino a la orden", dijo ella al servir el desayuno de Eak y pasarle la bandeja, "¿Y qué vas a querer tú, TownTrap?

"¡No hay ningún secreto!", exclamó nervioso el pelinaranja, antes de procesar sus palabras, "Q-Quiero decir... Solo una ensalada de frutas para mi, Martha", sonrió el ojinaranja, pero a cambio, llevándose un ceño fruncido de parte de la mujer... Y una mirada de confusión de parte de su compañero... Dos veces que mencionaba un "secreto".

"¡Pero mi niño, si estás tan delgado! Necesitas comer", exclamó la señora, agregando a la bandeja de TownTrap aparte de la ensalada de frutas, un gran plato de tocino.

"N-No hace falta, Martha... Soy vegetariano", sonrió nervioso el ojinaranja.

"¡Ahí está el problema! No señor, usted debe comer proteína, mi niño", Martha declaró, entregándole la bandeja al pelinaranja, sin aceptar un no por respuesta.

Eak trataba de aguantar su inminente carcajada burlona, mientras su amigo recibía su bandeja con mucho desagrado, mas con una sonrisa fingida en su rostro. No podía ser descortés con la señora que le da alimento todos los días.

"No te angusties, carnal", susurró por lo bajo el peligris a su amigo, "El tocino me lo como yo"

TownTrap solo suspiró, "Carnívoros..."

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"Buenos días, Mi Súper Estrella", saludó Martha al rubio más famoso de todo el internado, a lo que este sonrió.

"Buenos días, Martha", respondió Golden, a la vez que desviaba su mirada a su compañero de habitación que estaba tras suyo. Ya era costumbre que los dos desayunaran juntos antes de encontrarse con el resto de la banda e ir a clases, o ahora en el caso de un Domingo, simplemente descansar.

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