capitulo 23

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Un aviso rápido entes del capitulo:

holaaaaa!!!, necesito su ayuda!!, si quieren "ser parte de la historia" pueden crearse un personaje ( mujer) ya que necesito un personajes nuevo para la historia, el único requisito va a ser que sea de slytherin y tenga un nombre acorde con la historia (osea ingles :v), ustedes deciden aspectos físicos, nombre y la forma de ser... los que quieran, pueden enviarme un mensaje por privado si están interesados. por favor ayúdenme!!!, no sean lectores fantasmas XD

pd: voy a dejar este aviso en el comienzo de cada capitulo, el personaje nuevo aparecerá en la secuela de este fic, bueno dicho esto, aquí esta el cap de hoy :3...

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—¡Harry, Allison! —Hermione le tiraba de la manga, mirando el reloj—. Tenemos diez

minutos para regresar a la enfermería sin ser vistos. Antes de que Dumbledore

cierre la puerta con llave.

—De acuerdo —dijeron los mellizos, apartando los ojos del cielo—, ¡vamos!

Entraron por la puerta que tenían detrás y bajaron una estrecha escalera

de caracol. Al llegar abajo oyeron voces. Se arrimaron a la pared y escucharon.

Parecían Fudge y Snape. Caminaban aprisa por el corredor que comenzaba al

pie de la escalera.

—... Sólo espero que Dumbledore no ponga impedimentos —decía

Snape—. ¿Le darán el Beso inmediatamente?

—En cuanto llegue Macnair con los dementores. Todo este asunto de

Black ha resultado muy desagradable. No tiene ni idea de las ganas que tengo de decir a El Profeta que por fin lo hemos atrapado. Supongo que querrán entrevistarle, Snape... Y en cuanto los jóvenes Potter vuelvan a estar en sus cabales, también querrán contarle al periódico cómo usted los salvó.

Allison apretó los dientes. Entrevió la sonrisa hipócrita de Snape cuando él y Fudge pasaron ante el lugar en que estaban escondidos. Sus pasos se perdieron. Harry, Allison y Hermione aguardaron unos instantes para asegurarse de que estaban lejos y echaron a correr en dirección opuesta. Bajaron una escalera, luego otra, continuaron por otro corredor y oyeron una carcajada delante de ellos.

—¡Peeves! —susurró Harry, agarrando a las chicas por las muñecas—. ¡Entremos aquí!

Corrieron a toda velocidad y entraron en un aula vacía que encontraron a la izquierda. Peeves iba por el pasillo dando saltos de contento, riéndose a mandíbula batiente.

—¡Es horrible! —susurró Hermione, con el oído pegado a la puerta—. Estoy segura de que se ha puesto así de alegre porque los dementores van a ejecutar a Sirius... —Miró el reloj—. Tres minutos, chicos.

Aguardaron a que la risa malvada de Peeves se perdiera en la distancia.

Entonces salieron del aula y volvieron a correr.

—Hermione, ¿qué ocurrirá si no regresamos antes de que Dumbledore cierre la puerta? —preguntaron entre jadeos los Potter.

—No quiero ni pensarlo —dijo Hermione, volviendo a mirar el reloj—. ¡Un minuto! —Llegaron al pasillo en que se hallaba la enfermería—. Bueno, ya se oye a Dumbledore —dijo nerviosa Hermione—. ¡Vamos, Harry!

Siguieron por el corredor cautelosamente. La puerta se abrió. Vieron la espalda de Dumbledore.

—Os voy a cerrar con llave —le oyeron decir—. Son las doce menos cinco. Señorita Granger; tres vueltas deberían bastar. Buena suerte. Dumbledore salió de espaldas de la enfermería, cerró la puerta y sacó la varita para cerrarla mágicamente. Asustados, Harry y Hermione se apresuraron. Dumbledore alzó la vista y una sonrisa apareció bajo el bigote largo y plateado.

La hermana de Harry Potter (libro: el prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora