capitulo 7

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A la mañana siguiente, Tom despertó a los hermanos Potter, sonriendo como de costumbre con su boca desdentada y llevándole una taza de té. Harry se vistió, y trataba de convencer a Hedwig de que volviera a la jaula cuando y Allison estaba en el baño intentando peinar su descontrolada cabellera, cuando Ron abrió de golpe la puerta y entró enfadado, poniéndose la camisa.

-Cuanto antes subamos al tren, mejor –dijo-. Por lo menos en Hogwarts puedo alejarme de Percy. Ahora me acusa de haber manchado de té su foto de Penelope Clearwater. —Ron hizo una mueca—. Ya sabes, su novia. Ha ocultado la cara bajo el marco porque su nariz ha quedado manchada...-

-Tengo algo que contarte -comenzó Harry, pero lo interrumpieron Fred y George, que se asomaron a la habitación para felicitar a Ron por haber vuelto a enfadar a Percy. Bajaron a desayunar y encontraron al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta con el entrecejo fruncido, y a la señora Weasley, que hablaba a Ginny y a Hermione de un filtro amoroso que había hecho de joven. Las tres se reían con risa floja.

-¿Qué me ibas a contar? --preguntó Ron a Harry cuando se sentaron.

-Más tarde -murmuró Harry, al mismo tiempo que Percy irrumpía en el comedor. Con el ajetreo de la partida, Harry tampoco tuvo tiempo de hablar con Ron. Todos estaban muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, en eso Allison bajo, llevando su baúl y con el pelo un poco más decente que esa mañana.

-Gracias por ayudarme, hermano-dijo Allison tratando de bajar el baúl por las escaleras-, Harry fue corriendo para ayudarla pero los gemelos fueron más rápidos.

-nosotros la ayudamos bella dama- dijeron los dos, mientras Harry les daba una mirada fulminante.

-tranquilo, no es nuestra culpa que no sepas como tratar a las damas-Allison se sonrojo y mientras los gemelos llevaban el baúl, ella fue a desayunar con su hermano.

El señor Weasley, que había aguardado fuera a los coches del Ministerio, se asomó al interior.

-Aquí están –anunció-. Vamos, chicos.

El señor Weasley condujo a Harry y Allison a través del corto trecho de acera hasta el primero de los dos coches antiguos de color verde oscuro, los dos conducidos por brujos de mirada furtiva con uniforme de terciopelo verde esmeralda.

—Suban chicos —dijo el señor Weasley, mirando a ambos lados de la calle llena de gente. Harry subió a la parte trasera del coche, seguido de allison y enseguida se reunieron con ellos Hermione y Ron, y para disgusto de Ron, también Percy El viaje hasta King's Cross fue muy tranquilo, comparado con el que habían hecho en el autobús noctámbulo. Los coches del Ministerio de Magia parecían bastante normales . Llegaron a King's Cross con veinte minutos de adelanto; los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargaron los baúles, saludaron al señor Weasley y se alejaron, poniéndose, sin que se supiera cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.El señor Weasley se mantuvo muy pegado a Harry y Allison durante todo el camino de la estación.

-Bien, pues -propuso mirándolos a todos-. Como somos muchos, vamos a entrar de dos en dos. Yo pasaré primero con Harry y Molly tu iras con Allison. El señor Weasley fue hacia la barrera que había entre los andenes nueve y diez y desapareció con Harry. Allison tuvo que esperar a que todos los demás pasaran, porque la señora Weasley quería asegurarse de que todos pasaran primero. Cuando llego su turno, a pesar que los demás ya habían pasado, Allison sintió un poco de miedo, así que cerró los ojos y corrió hacia la pared, al atravesarla vieron el expreso de Hogwarts, un tren de vapor de color rojo que echaba humo sobre un andén repleto de magos y brujas que acompañaban al tren a sus hijos.

La hermana de Harry Potter (libro: el prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora