capitulo 12

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La señora Pomfrey insistió en que Harry y Allison se quedaran en la enfermería el fin de semana. El muchacho no se quejó, pero no le permitió que tirara los restos de la Nimbus 2.000. Sabía que era una tontería y que la Nimbus no podía repararse, pero Harry no podía evitarlo. Era como perder a uno de sus mejores amigos, por su parte Allison tuvo más tiempo para estar a solas con su hermano y para hablar sobre lo que había pasado.

— ¿No te parece raro que yo me haya desmayado, a pesar de que el dementor te atacara solo a ti y no a mí?—

— Si, quizá sea una conexión de hermanos, bueno, somos mellizos—

—sí, pero creo que va más allá de eso, quizá tendríamos que hablar de esto con Dumbledore—

—está bien, cuando salgamos de aquí iremos con el—después de un rato en silencio, Allison se animó a preguntarle

—Harry tu viste al perro ese día ¿no?—Harry se sobresaltó al escuchar la pregunta

— ¿Cómo lo sabes?, ¿también lo viste?—

—No, al menos no con mis ojos. — Harry la quedo mirando sin entender. —bueno, sé que va a sonar raro, pero antes de que te cayeras de la escoba, fue como si yo pudiera sentir lo mismo que tú, y vi al Grim, como si lo estuviera viendo a través de tus ojos, apuesto que piensas que estoy loca, pero en el orfanato me pasaban cosos iguales, era como si estuviera conectada a otra persona, a veces me desmayaba sin motivo, y varias veces me dolía la cicatriz de la cabeza—Harry supo a lo que se refería, a el mismo le habían pasado las mismas cosas muchas veces.

—No te preocupes, se a lo que te refieres y no estás loca, a mí me pasa siempre—

— ¿conexión de mellizos?— dijo ella a modo de broma, y los dos se rieron.

A pesar de que pensaron que iba a ser un fin de semana muy aburrido los visitaron gente sin parar; todos con la intención de infundirles ánimos. Hagrid le envió unas flores llenas de tijeretas y que parecían coles amarillas, y Ginny Weasley, sonrojada, apareció con una tarjeta de saludo que ella misma había hecho para Harry y que cantaba con voz estridente salvo cuando se cerraba y se metía debajo del frutero, Allison noto la intención de Ginny y le sonrió con mirada picara a su hermano quien se sonrojo.

El equipo de Gryffindor volvió a visitarlos el domingo por la mañana, esta vez con Wood, que aseguró a Harry con voz de ultratumba que no lo culpaba en absoluto. Ron y Hermione no se iban hasta que llegaba la noche. Pero nada de cuanto dijera o hiciese nadie podía aliviar a Harry, porque solo Allison conocía lo que en verdad le preocupaba.

No había dicho nada a nadie acerca del Grim, ni siquiera a Ron y a Hermione, porque sabía que Ron se asustaría y Hermione se burlaría. El hecho era, sin embargo, que el Grim se les había aparecido dos veces y en las dos ocasiones había habido accidentes casi fatales. La primera casi los habían atropellado el autobús noctámbulo. La segunda había caído de veinte metros de altura y su hermana se había desmayado. ¿Iba a acosarlos el Grim hasta la muerte? ¿Iban a pasar él el resto de su vida esperando las apariciones del animal?

Y luego estaban los dementores. Harry se sentía muy humillado cada vez que pensaba en ellos. Todo el mundo decía que los dementores eran espantosos, pero nadie se desmayaba al verlos... Nadie más oía en su cabeza el eco de los gritos de sus padres antes de morir, bueno excepto Allison, lo cual lo calmaba un poco, pero aun así era raro que solo a ellos le pasara.

Todavía podía oír sus palabras una y otra vez. Cuando se le acercaban los dementores, oía los últimos gritos de su madre, su afán por protegerlos de lord Voldemort, y las carcajadas de lord Voldemort antes de matarla... Harry no sabía si Allison conocía la verdad detrás de los gritos, pero prefería no contárselo.

La hermana de Harry Potter (libro: el prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora