Una intrépida Gata que se enamoró [Nathaniel]

1.1K 32 26
                                    

Capítulo 1 

Una intrépida gata llamada Geraldine

¡Miau! Esto me está empezando a hartar. Por más que maúlle para poder llamar su atención, así no sucede ¿O tal vez no lo hago lo suficientemente fuerte? ¡Ay, él nunca me hará caso!

Mi nombre es Geraldine, y soy una gata que vive en la calle; ósea soy un animal callejero; que por una extraña razón tiene por objetivo a un humano. De día, lo persigo hasta su colegio y noche, velo por su sueño. Siempre lo veo desde un gran árbol cerca de su ventana, maulló para él los buenos días, las buenas tardes... las buenas noches, pero nada, yo no soy de su notar. ¿me ignorara? O simplemente, como anteriormente mencioné, no puede escucharme.

Todos mis amigos gatunos me dicen que él nunca podrá fijarse en mi, somos dos seres vivos totalmente diferentes, él siendo un humano y yo una simple gata mugrosa de la calle. Que él, también, nunca volverá a acogerme, que si aquella vez que tuvo la oportunidad de hacerlo, no lo volverá a hacer, aunque ahora viva solo... Según ellos, él no sabe de mi existencia, y, que él no vale el esfuerzo que hago para que me note, tal vez tengan razón, pero... ¿Cómo no enamorarse de todo él, de su humildad, de su hermosa sonrisa, de sus ojos amarillos, casi dorados, que parecen cual rayos de luz que iluminan mis días y noches, de sus increíbles cabellos rubios que le hacen par a sus preciosos ojos y de su voz que parece habérsela robado de un ángel? Simplemente ¿Cómo no?

Simplemente, no veo en que está mal sentir esto... pero, tampoco veo como poder estar junto a él.

Hoy es inició de semana, y desde el árbol en el que siempre me situó para obsérvalo, estaba viendo cómo se preparaba para ir de nuevas cuentas al colegio. Sus típicas ropas siempre me han encantado, su camisa con un cuello en v de color azul marino hacia que su formado cuerpo se notara demasiado, su pantalón de mezclilla blanco hacia juego con su camisa, su cabello despeinado, ¡Ay, me encanta!

He estado a su lado desde que se cambió de apartamento, pues, por problemas familiares tuvo que hacerlo, yo pienso que desde mucho tiempo antes. Quería arañar toda la cara de su padre cuando me entere que él lo golpeaba, pero, no quería empeorar todo para él, la actitud de su madre no podía soportarla, hacia como si nada en su hogar estuviera pasando, su familia no ha sido la mejor, pero después de todo, él siempre ha mantenido su gran y hermosa sonrisa.

Baje del árbol con una gran prisa, debía de esperarlo en la puerta de su departamento. Quería ser la primera en decirle "buenos días" como ya era costumbre en nosotros, bueno... más en mí... sin duda, solo en mí.

No tardo ni cinco minutos en salir, iba muy apurado, creo que se le hizo demasiado tarde. Comenzó a correr mientras en su mano derecha llevaba sosteniendo un pan tostado; yo comencé a correr detrás de él, pero igual, trataba de mantener una localización difícil de detectar, me escabullía a través de los arbustos y/o cercas de las casas por donde el corría. Sin darme cuenta, me herí con un alambre en una de mis patas, este no estaba muy bien instalado en una malla ciclón que rodeaba a una casa; di un maullido desgarrador, realmente me dolía. Nathaniel, se dio la vuelta algo alarmado, yo seguía maullando de dolor, era algo insoportable. Él me tomo entre sus grandes y suaves manos, esta vez no me obstine a nada de lo que estaba haciendo para ayudarme, le apreciaba y quería demasiado; de una de sus mangas desprendió un pedazo de tela y me lo ato alrededor de mi pata herida, después me dio un pedazo de su pan tostado, me sonrió y acaricio dulcemente y se levantó con una gran prisa para consiguiente chocar con una chica rubia.

- ¿Amber, que estás haciendo aquí? – cuestiono a la chica que ahora tenía nombre al igual que se sobaba el golpe en la cabeza que recibió cuando impacto con ella.

Historias Cortas (Chicos de CDM) ©Where stories live. Discover now