∆ C32: Una noche sin sobrevivir.

Start from the beginning
                                    

Justo ahora me encontraba en el sillón con Ash, Emily y Anni.

—Acompáñenme a ver esta triste historia —dijo Emily—. Se acabó el mundo y yo no conocí a Shawn.

—Yo no conocí a Harry —añadió la castaña con un puchero.

— ¿Se imaginan morir porque Shawn o Harry los mordió? —pregunté con la intención de molestarlas.

—Sería un privilegio ser mordida por Harry —opinó Ash. Luego chilló de repente—. Me lo imaginé y lloraría de alegría.

—Coincido con la desconocida —habló Anni.

(...)

Hacía unas dos horas que todos se habían ido. En realidad solo estaba mi grupo, pero debido a la poca cantidad de habitaciones, no todos dormíamos en la misma casa; al menos no desde hoy. Yo había estado arriba durmiendo al igual que el resto de mis compañeros, pero desperté para buscar un poco de agua. Era una mala costumbre el despertarme a media madrugada a tomar algo.

En silencio, con pijama y unas medias, salí de mi habitación y bajé las escaleras en puntillas. Lo único que escuchaba eran ronquidos que no sabía si eran de Glenn, Abraham o James. Sin embargo, dejé de escucharlos cuando entré a la cocina. Lo que casi hace que despierte a todos fue el susto que me dio Carl al verlo parado frente a la mesa bebiendo de una jarra de leche.

—Maldición, deberías dejar de hacer eso —susurré, llevando una mano a mi pecho.

Tenía sueño, pero ya se me quitó todo.

—No hice nada —respondió con simpleza—. Solo existir y respirar.

—Pues no lo hagas —resoplé, molesta y caminé a buscar mi agua.

—Bien —bajó la jarra de leche, la metió dentro del refrigerador y caminó con toda la intención de irse.

—Oye, espera —fruncí el ceño—. Sólo estaba jugando.

—Lo sé —asintió. Su actitud era extraña, percibía su molestia, pero él lucía tranquilo—. Igual ya terminé, iré a dormir.

Pídele disculpa.

—Carl —le llamé antes de que saliera por completo. Él se giró—. Lamento haberte dicho que lo de ayer no significó nada.

—No hay nada qué disculpar —se encogió de hombros—. No hiciste nada malo.

—Sí, lo hice —disminuí un poco la distancia entre nosotros—. No debí haberlo dicho.

—Fuiste sincera, Katie, prefiero eso a que me mientas —aseguró.

—Es que... —jugué con mis manos, un poco nerviosa—. No lo dije en serio.

Él se tomó unos segundos para reaccionar.

— ¿A qué te refieres? —fue lo único que dijo.

—Que sí me gustó, Carl, y sí significó algo para mí.

No me estaba tomando la molestia de pensar en mis palabras. Sabía que si lo pensaba al menos un segundo, iba a retractarme y huir de él, y siendo sincera, ya no quería pelear contra la corriente

—Entonces, ¿por qué dijiste lo que dijiste?

—Porque así soy, tengo dos personalidades, ¿recuerdas?

Una sonrisa pequeña y tímida se dibujó en sus labios. Fue muy tierna la forma en que se le notó la emoción; quise saltar y abrazarlo, pero no quería espantar al castaño.

— ¿Estamos bien? —estiré mi mano.

—Estamos bien —la estrechó.

(...)

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now