∆ C27: Amistad renovada.

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Contamos hasta tres y comenzamos a correr siguiendo la dirección del arquero. Tardamos unos cinco minutos en llegar a dicho lugar. Entramos tan rápido como pudimos para así poder tomar el aire que nos faltaba.

—Esperemos que este granero no se venga abajo por la lluvia —comentó Abraham—. Es lo único que falta.

—Nos vendrá bien descansar bajo techo —dijo Rick tomando a Judith en sus brazos—. Debemos planificarnos, no podemos seguir caminando sin rumbo.

— ¿Y a dónde planes ir? —intervino Carol—. Ni siquiera sabemos dónde estamos.

—En algún lugar de Virginia —contestó, acunando a su hija—. Este granero será de ayuda mientras nos recomponemos, necesitamos comida, municiones, un auto.

—Por ahora, podemos descansar —indicó Michonne.

Todo asentimos, estando de acuerdo con el plan.

Me acerqué a una esquina del granero para tomar asiento en el pasto, tenía sueño, estaba agotada, no había podido dormir bien estos días por las pesadillas de mis padres y mi mente no dejaba de maquinar todas las memorias y recuerdos felices. Era frustrante, masoquista, ya ni siquiera quería dormir porque sabía que tendría una pesadilla.

Quería arrancarme la cabeza en ese momento.

Carl, Ashley y James se acercaron, tomaron asiento junto a mí y guardaron silencio. Ellos estaban tan cansados como yo, tenían tantas ganas de dormir como yo así que lo mejor era ahorrarse las palabras y simplemente intentar conciliar el sueño.

Pero yo no quise. Tenía miedo de cerrar los ojos y volver a tener una pesadilla sobre la muerte de mi mamá.

—Estoy contigo —escuché a Carl susurrar a mi lado. Tomó mi mano y la besó en el dorso—. Estás bien.

—Estoy teniendo pesadillas —le confesé.

—Ya lo sé —apretó mi mano con suavidad—. Ashley me ha contado que te ha visto quejándote mientras duermes, que forcejeas. Anoche estuve pendiente de ti y comenzaste a sollozar.

— ¿De verdad? —fruncí el ceño, echándole un vistazo—. No creí que las pesadillas me hicieran llorar o forcejear.

—Me preocupaste, Collins —ladeó su cabeza para clavar sus ojos en mí—. Parecías estar sufriendo.

—He estado soñando con la muerte de mi mamá una y otra vez —relaté dejando caer mi cabeza en su hombro—. Cada vez se hace más retorcido, más sangriento, anoche soñé que ella me estaba insultando, me llamaba asesina y de hecho lloré en la pesadilla, sentía mucha tristeza y culpa.

—No es real, Katie, es tu mente jugando contra ti —susurró, su mejilla reposó en mi cabello—. Debes entender que no fue tu culpa, ella ya había sido mordida y además sabía que estaba perdida.

—Es que lo sé —la frustración se estaba apoderando de mí—. Yo sé que no había forma de mantenerla con vida, sé que dispararle fue lo mejor para que ella no sufriera, pero no entiendo por qué tengo pesadillas si ya tengo claro que no es mi culpa.

—Tal vez no —intervino Ash—. Te conozco y sé que aún sigues culpándote.

—Necesito ayuda —musité quitando mi cabeza del hombro de Carl—. Quiero dormir y me da miedo volver a soñar con mi mamá.

—Estaremos aquí, contigo —habló James dedicándome una sonrisa—. Si te vemos mal, te despertaremos.

—No, ustedes también necesitan descansar —fruncí el ceño—. No lo permitiré.

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now