Capítulo 15

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Habían historias, historias con Castiel, cosas que solo él y yo habíamos compartido. Historias que jamás se las conté a nadie. Esos eran los recuerdos que me comían por dentro, todo se había sentido tan real ¿Cómo es que termino todo siendo una mentira?

Desde nuestro primer beso hasta el día en que llegó Debrah habían trascurrido cerca de cinco meses. Y en ese corto tiempo fuimos capacez de crear tantas cosas, tantos sentimientos. Miré mi plato de comida mientras todos hablaban a mi alrededor, no era capaz de entender lo que decían, alcé la mirada y vi a Castiel dándole una mascada a una hamburgesa.

Volví a apartar la mirada mientras una pequeña sonrisa se escapaba de mis labios. Recordé la primera noche que pasó en mi casa.

Flashback

Eran las dos de la mañana y no podía dormir, cada vez que cerraba los ojos temia que las pesadillas llegaran. Desde hace un tiempo había estado sufriendo terrores nocturnos y era horrible, despertaba en medio de la noche aterrorizada, sudando y llorando. El hecho de vivir practicamente sola empeoraba todo, si mis padres hubiesen estado conmigo quizás hubiese podido sobrellevar todo ese tema de una manera distinta.

Así que en las noches practicamente no dormía, por lo cual estaba la mayor parte del día bostezando en el instituto y quedandome dormida en cualquer lugar.
Me senté en mi cama, la luz estaba encendida pero aún así me sentía asustada. Miré mi celular, era tarde pero no tanto. Si escuchaba la voz de Castiel tal vez podría dormir.

Marqué su número y sonó un par de veces antes de esucharlo al otro lado de la linea.

―¿Sucrette? ―su voz sonaba adormilada. Me sentí algo culpable por despertarlo.

―¿Estabas durmiendo?

―¿Estás bien? ¿Pasó algo? ―ahora sonaba un poco más despierto y preocupado.

―No…nada muy grave. Yo solo no podía dormir.

Él no sabia sobre los terrores nocturnos.

―Mmmm ―se ecucho un suspiro―. ¿Por qué?

―Tengo pesadillas, a veces. No quería dormir y pense en llamarte, lo siento.

―¿Estás sola en casa?

―Sí, para variar…

―Espérame, estaré ahí en un segundo.

―¿Qué?

Cortó la llamada sin responder. ¿Qué? Seguramente estaba bromeando, no me imaginaba a Castiel levantándose en la madrugada para venir hasta acá, tampoco me imaginaba a Castiel en mi casa. Solo llevábamos un mes saliendo y podría prestarse para malos entendidos pero ¿Qué?

Asumí que solo bromeaba y que despues de cortar la llamaba había vuelto a la cama a dormir. Escuchar su voz me tranqulizaba, era todo lo que necesitaba así que me envolví en mis mantas cerrando los ojos tratando de caer en los brazos de morfeo.  Pero cuando estaba apunto de caer totalmente dormida escuché un golpe en la puerta que me sobresaltó. Tenía que ser una broma.
Me levanté rapidamente y corrí escaleras abajo para abrir la puerta rápidamente, él estaba ahí. Con el cabello desordenado y una tierna sonrisa en su rostro, y una caja de pizza en sus manos. Me quedé mirandolo con la boca abierta.

―¿Qué estás haciendo? ―le miré.

―¿Puedo pasar o me dejarás afuera en medio de la noche?

Me hice a un lado dejándole entrar y cerré la puerta.

―Pensé que solo bromeabas…―dije y él se encogió de hombros.

Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora