Capítulo 40: Y al fin...

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-¡Habla de una vez Cristian! Le das demasiadas vueltas, y me estoy poniendo de los nervios. Si de verdad ha pasado algo tan bueno cómo dices, dilo y ya-su expresión era seria. Comenzó a mover las manos impacientemente,  Iván lo escudriñó con la mirada.

-Mi mami despertó-espetó como si nada, con una inocente sonrisa radiante.

Los ojos de Greg se abrieron cómo platos y abrió la boca pare decir algo, inmediatamente de retractó y volvió a cerrarla.

-A… eso me refería-mi voz se quebró al final, a modo de disculpa, pretendía suavizar la sorpresita, pero, a fin de cuentas, tal vez debería haberlo dejado entrar con Nico a la habitación de Silvia.

-P-pero… ¿cómo es posible? ¿Silvia no estaba…? ¿No se supone que a medida que pasaba el tiempo la esperanza de que despertase se hacía más y más escasa?-los labios de Greg se movían, pero su cuerpo, antes impaciente, ahora estaba totalmente rígido.

-Yo sabía que mamá iba a despertar…-susurró Iván con una mueca de fastidio.

Sus ojos, ahora de un tono verdoso, comenzaron a aguarse. Fruncí el ceño y miré con reproche a Greg.

-¡Pues claro que iba a despertar campeón! Eso es algo que todos sabíamos, ¿verdad Greg?-clavé la mirada en el aludido y incliné un poco la cabeza, empujándolo a que hablase.

-Eh…-ahogó un suspiro y miró a Iván-¡Sí! ¡Por supuesto! Es sólo que creíamos que tardaría un poco más en despertar-le despeinó los rizos ligeramente con una sonrisa forzada. El rostro afligido de Iván cambió a uno mucho más relajado.

Creo… que el hecho de que Silvia haya despertado al fin, causará conmoción  en todos nosotros, sobretodo… a sus padres.

-¿Alguien me puede explicar lo que está pasando aquí?

Fer se sentó con semblante serio en una de las sillas libres.

Suspiré.

 Otro más, que estaba perdido en este asunto.

(NICO)

Suspiré pesadamente y me senté en un banco. Ahora que estoy fuera de ese hospital y ese ambiente cargado ya no se cierne sobre mí, puedo pensar con claridad.

A ver… ¿Qué demonios acaba de pasar? ¿De verdad está ocurriendo esto? ¿O es que estoy soñando?

Es decir, llevo años esperando este momento, pero ahora que se ha hecho realidad ese deseo estoy en blanco, ido completamente. Ni siquiera recuerdo todo aquello que siempre he querido decirle a Silvia desde su accidente. Ahora que todo ha vuelto relativamente a la normalidad ¿qué debo hacer con mi vida? ¡Si ni siquiera sé si Silvia quiere estar conmigo! Además, seguro que espera recuperar el tiempo perdido con Iván y reforzar los lazos con su familia  y amigos. Y ahora la gran pregunta… ¿dónde quedo yo en todo esto? ¿Me sigue amando? ¿O de lo contrario quiere empezar su vida de cero?

Si llega a ser eso último… ¿qué podría hacer yo para cambiarlo?

La respuesta es fácil, nada. Esta vez, si Silvia decide seguir con su vida sin incluirme en ella, sólo me queda aceptarlo y dejarla libre, no entrometerme en sus asuntos, y aguantar como lo he estado haciendo hasta ahora.

Mi móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón y lo saqué desganado. No tenía ninguna gana de hablar con nadie.

-¿Si?-musité sin mirar quién era.

-¡Nico! ¡Menos mal que me coges el teléfono!-la melodiosa voz de Niove me hizo sonreír al instante.

-¿Necesitas algo?

Embarazada a los 16 (Editando...)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz