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Una vez en el local, se sienta frente a Joshua sin saber realmente cómo debería actuar. Ahí el único jugador al que conoce, aparte del mediocampista, es a Mats Hummels —pero cuando se refiere a conocer es a poder entablar una conversación decente con la persona y no solo escuchar o  sentirse ajena a las bromas y su sentido del humor—. 

Mira como todos conviven, tan natural por el tiempo de conocerse. Mientras que ella solo los observa, pensando en que tendría que haber sacado alguna excusa. 

Pero, conforme avanza el tiempo, las cosas empiezan a fluir. Aunque no tan bien como le hubiera gustado, sobre todo cuando, en un momento de torpeza, le tira su copa encima a la novia de Manuel Neuer. Es ese justo momento en que pide que la tierra se la trague. 

Lo único que agradece es que haya sido al final de la cena y solo quedaran con las bebidas en la mesa, disfrutando una conversación que inició respecto al partido y siguió surcando otros temas diversos. Hasta ese preciso instante en que el suceso ocurrió y solo disculpas salen de su boca.

Y aunque no pasa a más, sin enojos ni nada por ser un accidente. Ella no se siente cómoda. Y Joshua lo nota, pero sonríe sabiendo que es lo normal. Pero considerando la hora, es más fácil salvarla de su incomodidad. Se levanta empezando a despedirse, y ella, viendo eso, decide hacer lo mismo. Es hora de irse.



Al llegar al apartamento de ella, ambos se quedan sentados en el sofá. Viendo un canal cualquiera, ella lo invitó para agradecerle por invitarla a cenar con ellos, además de disculparse por su torpeza. 

—No hay problema—Joshua sonríe divertido. Están pasando una comedia y, para que negarlo, es de lo más divertida. Acaban de llegar por lo que no se saben el nombre, pero la está comenzando a disfrutar—. ¿Te divertiste?

—Me sentía algo ajena, pero sí—Dirige su vista hacia la pantalla, justo en un momento ridículo y no puede evitar reír. Junto al futbolista. 

Se olvidan de la conversación, centrándose únicamente en la película. Hasta que está termina, justo a tiempo porque ninguno aguantaba más las mejillas de tanto reír. 

Ziri se levanta y va por un par de vasos con agua, ella tiene sed y supone que Kimmich también. Él solo la ve irse, y se comienza a fijar en el apartamento. Es más amplio y refinado de lo que se esperaba; no entiende por qué tenía una idea diferente en su cabeza, de algo muy distinto a lo que ve.

Recibe al vaso con agua que ella le tiende, y busca un reloj con la mirada. No quiere irse, pero tampoco puede quedarse hasta muy tarde. Un mensaje es su excusa perfecta para ver la hora en su celular. Mats le está escribiendo.

¿Ya estás en casa?

Rápidamente responde, sin olvidar fijarse en la hora. Sí hubiera ido solo a dejarla, ya tendría que estar en casa.

No.

Después de eso se termina el agua. Y un fuerte sonido proveniente del televisor lo hace volverse. De una película de comedia pasa a una de acción, y por lo que se ve, tiene mucha. 

Ziri se sienta de nuevo el sofá. No estando segura de sí preguntar sobre la hora en que se irá, porque puede sonar descortés y no le gusta eso. La temperatura comienza a decender más, por lo que comienza a sentir más frío. Para esa hora, normalmente, está bajo sus tres colchas bien abrigada y en completa comodidad. 

Se vuelve a levantar, no se va a estar muriendo de frío solo porque tenga una visita. Eso sí no lo va a cambiar.

Joshua medio ve como se vuelve a levantar, pero no pregunta nada. No es su casa y, él, es solo algo así como un amigo. Se queda expectante hasta que la ve regresar con una gruesa cobija, de color verde y con un diseño curioso;a simple viste se nota que es cálida. 

Ella se vuelve a sentar, subiendo también las piernas. Se quitó los zapatos en su habitación y se puso unos calcetines más gruesos. De verdad detesta las noches de otoño, y los inviernos son peores. 

—No lo pregunté antes, ¿eres de aquí o vienes de otro país?

—Vengo de otro país. En Centroamérica—Sonríe, recordando su pequeño país. Su calidez o, más bien, su calor casi infernal. 

—¿Es muy cálido?

—Eso es poco—Ríe un poco, la nostalgia la invade. Extraña a su familia—. Mi ciudad suele rondar los treinta y tres grados normalmente, pero si vas más al sur...es peor. Pero, en definitiva, en el oriente es donde está la ciudad más caliente del país. 

—Dan ganas de ir a comprobar—Sonríe al mismo tiempo que ella. Ziri no cree que el se sienta cómodo en tanto calor, es como ir a un lugar mucho más frío que Alemania. 

—Algún día—Ella lo deja como una posibilidad. 

Nunca se sabe lo que deparará el futuro.


Este capítulo ya lo tenía a punto de terminar, así que solo lo terminé. No subiré capítulo hasta fechas navideñas, estoy en semana de parciales por lo que solo vine a dejar esto y avisar sobre eso. 

Espero les guste.

¿Qué les parece la historia hasta ahora? ¿Les gusta el rumbo que lleva?

Gracias por leer♥

Me Muero por Conocerte || Joshua KimmichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora