Con su rostro inmerso en un expresión algo altiva a la vez que desconfiada. Miró con atención a la rubia —¿Dónde están mis compañeros?

Ellionor apoyo una mano en su mejilla y lo miró con aburrimiento, sin ánimos de levantarse del suelo.

—En el sótano — respondió con voz monótona y rostro aburrido —Siendo torturados.

Al ver cómo de apoco la cara de Steve adquiría una expresión poco favorecedora para sus atractivas facciones, frunció las cejas y volvió a hablar usando el mismo tono. —Es broma, debiste ver tu cara... En fin. — alzó y bajo los hombros —Quien sabe... Quizás yo, quizás ellos — frunció los labios alzando una ceja en su dirección —Aunque tú no.

—¿A dónde me has traído, Ellionor? — el descontento en su tono de voz hizo a la rubia suspirar. Aquel tono fuerte y demandante del Capitán América más que causarle inquietud le hizo recordar a un tierno cachorrito ladrandole a su dueño.

Era la reina de las comparaciones jodidas. 

Suspiró nuevamente negando con la cabeza —Todo a su tiempo, démosle drama a esta cosa. Si comes rápido te vas a atragantar, es... — pausó confundida con sus propias palabras —Una expresión que no tiene nada que ver. Meh, debería concentrarme más  — se murmuró así misma.

Utilizando la cama de ayuda se colocó nuevamente sobre sus dos piernas. En aquel momento vestía un largo vestido azul mangas larga con estampado de flores rojas, su cabello siempre suelto al igual que revuelto le daba un aire despreocupado. Lucia muy cómoda y diferente a como le había visto en las variadas ocasiones en las que estuvieron juntos. Todas tensas situaciones en las que su desconfianza no hacía más que crecer. Ellionor era hermosa, devastadoramente hermosa. Pero esa apariencia de angel que se traída solo era una fachada que ocultaba algo realmente turbio, un peligro mortal. Se había encontrado más de una vez perdiéndose en ella, como hombre le era inevitable, pero no sé engañaba, no podía engañarse. Ella era realmente una persona retorcida, en todos los momentos que dejó ver delante suyo un poco de ternura o siquiera la compasión por ayudarles, no era más que la ilusión que creaba para llamar la atención de sus presas, para engañarlos a todos. Desconfiaba y con bastantes razones, aunque siempre estaría la duda de que le estuviera interpretando mal.

Pero las evidencias eran suficientes y las dudas pocas.

Por otro lado Ellionor debió intuir lo que pasaba en su cabeza, pensamientos que eran más que obvios si consideraba la situación en la que lo había metido.

—Tranquilo Steven, no quiero ser tu enemiga. — respondió dejando de mirarle para empezar a caminar hasta una pequeña mesa con una botella de vino y dos copas sobre está —Más bien... — dijo tomando una de las copas y servía un poco del vino —Quiero ser tu amiga, muy, muy cercana — soltó sonando divertida, meneo un poco la copa y se quedó observándo aquél líquido borboña removerse como un mini remolino —Me agradas, tienes una carita muy linda. — le miró de reojo sonriendo —Y soy fanática de las cosas muy lindas. Cómo muñecos, muy útiles y divertidos.

Steve sintió un escalofrío recorre su espalda, y no precisamente un buen escalofrío, no sabía si existía una bueno cuando de Ellionor se trataba. Pero sabía que causar ese tipo de emociones con cierto tinte perturbador, era una de las especialidades de Ellionor. Quién se jugaba con las palabras para asustar a las personas. Pero él no era cualquier persona y no caería en sus trampas o juegos turbios tan fácilmente. Él no caería.

Crazy ➸Steve Rogers  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora