Bonus: El fin de la vida [Parte 2]

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Carl estaba luchando contra los caminantes, aún quedaban tres por matar pero ya lo estaban rodeando y no podía seguir luchando. Estaba a punto de ser mordido por uno.... Pero Carl se dio cuenta de eso y lo alejó de un golpe, pero el cayó al suelo así que tomé el trozo de madera y fui corriendo hasta el, lo ayude a matar a un par y el mato a otro.

-¿Estas bien?- Le pregunté mientras lo ayudaba a levantarse.
-Si, gracias. Vamos.

Pasamos por la puerta que habya abierta, corrimos y corrimos, no jabia ninguna otra pierta ni ventana, de pronto llegamos al final del pasillo, sin salida.

-No hay salida.- Dijo Carl llevándose las manos a la cabeza.
-Yo crei, creí que podríamos salir por aquí.
-¡Pues te equivocaste! ¡No siempre tienes razón, y cuando más necesitamos una salida te equivocas!
-Carl, calmate por favor.- Dije mientras posaba mi mano en su hombro.
-¡No! No. Tenemos que salir de acá.- Se deshizo de mi agarra y se fue corriendo.
Por dentro me sentí mal, pero no era tiempo para eso. Corrí siguiendolo, y llegamos al lugar en donde casi muerden a Carl. El se fue por otro lado y siguió corriendo, ya no habían más puertas, sólo un largo pasillo con ventanas tapadas y las luces rojas seguían prendiéndose y apagandose además de que había comenzado a soñar un tipo de alarma.
A lo lejos vimos una puerta media abierta, íbamos a escapar por ahí pero vimos que la puerta se abria más y dos hombres entraron corriendo.
Carl y yo nos dimos media vuelta y comenzamos a correr al lado contrario. Carl iba detrás mío, pero acelero y me paso a llevar provocando que perdiera el equilibrio y cayera.
Los dos hombres estaban a punto de alcanzarme y no podía levantarme ya que me había torcido el tobillo.
Me arraste por el suelo pero no era igual de rápido que correr.

-¡Carl!

Carl no me escucho, o eso quería creer, ya había desaparecido de mi campo de visión cuando los hombres me atraparon. Intente liberarme pero eran más fuertes que yo, me levantaron y entre ambos me levantaron.

-¡Sueltenme! ¡¿Qué es lo que quieren de mi?! ¡Sueltenme!

-¡Cállate la boca!

-¡¿Qué otra cosa voy a callar?! ¡Estúpido!

Mala idea, el hombre al cual insulte me apretó con más fuerza mis brazos y me llevaron a rastras hacia una habitación con muchas pantallas que mostraban todo el lugar.
En ese lugar había una señora, que me daba mala espina. Los hombres me dejaron ahí y se pusieron delante de la puerta para que no escapará.

-¿Qué es lo que quiere de mi?- Le pregunté más calmada a la señora que no se había dado vuelta para verme.
Pero cuando hable, poco a poco se dio vuelta y me miro con una fría mirada.

-Sólo queremos encontrar la cura a todo esto.- De pronto dos hombres a los cuales no había visto llegaron a la habitación y traían a Carl que intentaba zafarse del agarre.

-¿Y para que nos quieres a nosotros?

-No podemos encontrar una cura sin ratas de laboratorio.- Cuando esa mujer dijo aquellas palabras una fría corriente bajo por toda mi espalda. Tenía miedo.

-¿Porque niños? ¿Porque no prueban con adultos?

-Simple, los adultos pueden sobrevivir solos. Los niños son sólo una carga más.

Tomándonos por desprevenido los hombres nos pusieron unas esposas, Carl y yo habíamos quedado esposados juntos.

-Así será más difícil que escapen. Llevenlos a la habitación de al lado. Comenzaremos con las pruebas enseguida.

Los hombres nos empujaron hasta la otra habitación dondf habían dos sillas y nos hicieron sentarnos en esta, sin ninguna otra protección.

-Pueden irse.- Ordenó la mujer.

Cuando la mujer llegó a la habitación traía dos grandes jeringas.

Primero intento inyectarme primero en el cuello pero cuando estaba lo suficientemente cerca la golpee en la cabeza con mi propia cabeza provocando que se alejara y se le cayeran ambas Jeringas.

La mujer, molesta, salió refunfuñando de la habitación dejando la puerta abierta.

-Carl, vámonos.

Jalee a Carl unas cuantas veces del brazo para que reaccionará, y cuando al fin lo hizo salimos corriendo.

Corrimos y corrimos pero nos dimos cuenta de un error.
Habíamos tomado el camino sin salida, y si ya nos vieron escapar deben estar siguiendonos y no encontraremos salida.
De pronto, cuando ya estábamos al final del pasillo escuchamos un disparo.

-Salgan de su escondite niños. No les haremos nada malo.

-Sólo los mataremos.

Carl y yo nos miramos aterrorizados, los hombres se acercaban cada vez mas, al igual  que la hora de nuestra muerte.

-Te amo y lo siento.- Me dijo Carl mientras tomaba mis manos.

-Yo también te amo.- Carl y yo nos besamos, pero nunca alcanzamos a separarnos.

~Narrador Omnisciente~

Ambos jóvenes, con miedo en sus cuerpos se besaron por última vez, los dos hombres ya habían llegado y vieron la tierna escena con repulsión. Uno de los hombres, el que estaba al mando, tomó su pistola y apuntó al corazon del chico. Y sin dudarlo ni un segundo disparo.

La bala atravesó el pecho de Carl y salió por el frente. La bala, hecha trizas atravezo otro cuerpo, el de Chrystal.

Ambos chicos murieron al instante, atravesados por la misma bala.


El grupo de Rick, preocupado por la desaparición de ambos jóvenes de Alexandría hicieron todo lo posible para encontrarlos. Con ayuda de Daryl encontraron marcas de un auto.

Todo el grupo siguió el recorrido hasta llegar a un laboratorio abandonado. Estaban listos para entrar, pero Glenn, un integrante del grupo vio unos caminantes a lo lejos. Le avisó a Rick, el lider del grupo. Decidieron que no harian ruido así que se acercó a los caminantes para matarlos. Pero no pudo, simplemente no pudo.

Se dio cuenta, sin creerlo, que era su hijo Carl y Chrystal. Sin poder creer lo que veía se cayó al suelo, y el grupo fue enseguida en su ayuda.
Cuando se dieron cuenta de quienes eran aquellos caminantes todos colapsaron, al igual que Rick no podían creer quienes eran aquellos caminantes esposados juntos, y acercándose cada vez mas.

Abraham fue el único que tuvo el valor para asesinar a aquellos caminantes que tiempo atrás habían sido parte de aquel fuerte y ahora destruido grupo.

~The End~

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