017 | Amigos

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La mañana se pasó muy rapido, ya habia terminado de reordenar un estante de comida. Comenzo a darme hambre, y ver toda esta comida no ayudaba en nada, salí de la cocina y fui caminando a casa y al llegar me prepare algo para comer.

Ahora que lo pienso todas las cosas que estaban pasando eran muy raras, nunca me habia abierto tanto a un grupo de sobrevivientes, y mucho menos enamorarme de un chico.

¡No puede ser! Le habia dicho a Carl lo que sentia por el.

—Que estúpida soy. —Me dije a mi misma volviendo a comer.

Ya habia terminado de comer y fui a mi habitacion, de ahi saque una chaqueta, ya que estaba comenzando a hacer frio. Salí de casa en direccion a la cocina, para poder terminar con mi trabajo.

Mientras caminaba pude ver a Carl, y caminaba con dirección opuesta a la mía. Intente alejarme de él pero lo único que logre fue tropezar con una roca frente a el.

El estiro su mano ofreciendome ayuda para levantarme, pero no la acepte y me levante yo sola, me quede viendo el aburrido suelo sin nada que decir ni hacer. Ambos estábamos de pie uno al lado de otro pero mirando en distintas direcciones. Sentí la mirada de Carl sobre mi y sin poder evitarlo voltee a mirarlo, viendo aquellos ojos azules que me habían enamorado.

—Yo... tengo que irme. —Dije para seguir mi camino a la cocina. Al llegar a la entrada me quede de pie, sintiendo el acelerado latir de mi corazón.

—¿Estas bien? —Escuche hablar a Ron.

—Si, lo estoy. —Dije mirándolo, detrás de él pide ver a Carl y a Enid tomados de la mano, acercándose.

—Mi mamá me dijo que querias hablar conmigo. —Dijo Ron con la cabeza cabizbaja.

—Si, es cierto. Hay algo importante que debo decirte.

—¿Decirme que?

—Ron, tu no me gustas. Siempre te vi como un amigo y me gustaría seguir siendolo.

—Eso es un problema. —Dice Ron—. Porque tu si me gustas, pero si tu quieres que solo seamos amigos, es mejor que no ser nada.

—Gracias por entender. —Dije dándole un abrazo.

—Sera mejor que me vaya a casa, nos vemos después. —Ron se fue y vi que Carl se iba con el ceño fruncido.

Comencé con el trabajo y al terminar ya había acabado con otro estante. Al salir fui directo a la casa de Glenn, por suerte esta vez no me encontre con nadie, cuando por fin abrieron la puerta Maggie estaba ahi.

—Hola Maggie, ¿esta Glenn?

—No, fue a buscar comida con Rick.

—Entonces vendré después. —Dije dando media vuelta.

—Espera. Puedes hablar conmigo, de chica a chica si quieres. —La miré por un segundo para luego aceptar. Le conté toda la estúpida e inexplicable historia de lo que pasaba entre Carl y yo, si lo examinaba detenidamente podía darme cuenta que eran problemas insignificantes entre prubertos hormonales enamorados entre si.

—Solo dale tiempo, no hagas nada que lo ponga celoso y todo se arreglara. Ya lo verás.

—Gracias Maggie, y lamento molestarte con mis problemas de adolescentes hormonales. —Maggie suelta una risa y me sonríe.

—No es nada, solía ayudar con estos problemas a Beth. —Me despido de Maggie y salgo de la casa.

El único problema de Carl es que se ponía celoso por cualquier cosa insignificante.

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