Epílogo

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Antares observo con atención a su hermana sentada en la otra punta de la mesa mientras su hijo de seis años, Altair, y Teddy Lupin corrían al gato de Bill alrededor del cuarto para después desaparecer por las escaleras. Ella reía con el resto a algo que Ginny decía en esa gran reunión familiar en donde, de alguna forma, él y Draco terminaron juntándose con toda la familia Weasley, incluyendo a Molly y a Arthur, y con los Potter. Por más que fuera raro cruzarse con ellos, no era lo que le desconcertaba, sino la actitud extraña de su hermana. Si, Issa podría estar sonriendo para el resto, pero él podía ver como algo invadía sus pensamientos en los momentos en que su mente volaba de la reunión que se daba en la Mansión Black, algo que pasaba bastante seguido en esa noche y a él no se le había pasado desapercibido. Ahora, la cuestión era, ¿qué era lo que le molestaba?

Un problema con Bill no era, estos bromeaban entre sí y se miraban de forma normal, no había tensión entre ellos así que algún tema de pareja no era aunque había cierto nerviosismo por parte de la femenina, pero Antares lo atribuía a lo que ocultaba. Luego, ¿problemas con Draco?, tampoco. Issa y Astoria hablaban de forma común sin contarse secretos como si quisieran hablar de algún problema entre primos, por lo que el rubio estaba descartado. Obviamente los Weasley y Potter se encontraban al final de la lista, más o menos que vivían estando bien, luego de tantos años ya se conocían y no hacían nada que pudiera molestar al otro, por lo que casi ni existían las discusiones entre ellos.

Entonces, ¿qué pasaba con Issa?

Casi como si su melliza le leyera el pensamiento, esta volteo la cabeza a verlo y se encontró con esos ojos casi iguales a los suyos que la evaluaban aún concentrado. Ella noto lo que hacía y se tenso desviando la vista a lo gemelos que, muy extrañamente, intercambiaban palabras con Draco comenzando una conversación como personas civilizadas, sorprendiendo a todos lo que estas cenas en familia lograban.

Luego de que los platos fueran levantados y empezaran a lavarse con magia, Molly se puso de pie y fue al refrigerador a sacar el postre que había hecho mientras Astoria y Hermione se le unían para ayudar y preguntar algunas recetas.

—Papi —llamaron de repente, y Antares bajo la vista a su hijo de cabello negro y ojos verdes.

—Si, ¿qué pasa, hijo? —pregunto girándose un poco a él y tirando apenas su silla hacia atrás acostumbrado a que se subiera y se sentara en sus piernas.

—¿Me muestras el tapiz de la familia Black? —inquirió con sus grandes orbes.

—¿Cómo sabes de él? —indago sorprendido enarcando apenas una ceja.

—Escuche decir a la tía que habían tirado el viejo y puesto uno nuevo donde aparecía un tal Sirio y Tunks...

Ante esa confusión de nombres, Arthur rió un poco viéndolos, a lo que Antares sonrió tomando la mano de su hijo.

—Si, vamos a verlo —asintio explicándole en el camino que Sirius era el hermano de su abuelo y Tonks la madre de Teddy.

Una vez en la habitación, ambos giraron la cabeza para ver el bello y vivido tapiz que le hacía mejor justicia a la Casa Black que el viejo, sucio y quemado anterior dueño de esa pared. Ahora estaban todos si excepción, con el rostro de Sirius y Tonks junto con otros ancestros también quitados del anterior árbol familiar. Teniendo esa gran fuente de información, Antares paso a mostrarle la imagen de su padre, de Sirius y como él e Issa aparecían por una rama con sus respectivas parejas mientras otra rama salía de su persona mostrando el nombre Altair, ambos masculinos fijándose al instante en algo "fuera de lugar".

—¿Por qué una rama sale de entre la tía Issa y Bill? —pregunto el niño mirando a su padre que se quedo en blanco con todas las fichas cayéndole encima.

—Eso es porque, al parecer, vas a tener un primo o prima —sonrió notando que la expresión del menor se transformaba y hacia una gran O con sus labios como si hubiera descubierto algo maravilloso—. Pero, shh, debes mantener el secreto hasta que la tía decida comentarlo con el resto, ¿si?

—¿Y si lo digo qué pasa? —pregunto con voz más baja juntando sus manos al considerar hacer lo contrario.

—Si lo dices, la lechuza que te trajo podría no hacer lo mismo y llevarse a tu futuro primo o prima a otra familia y tu quedarte solo. Sin mencionar que yo te castigaría —indico, a lo que Altair abrió más los ojos en cierto susto.

—¡No digo nada! —prometió a su padre que asintio conforme y algo entretenido con sus reacciones.

—Bien, ve a jugar —palmeo su espalda haciendo que saliera corriendo a buscar a Teddy mientras volvía la cabeza al tapiz—. Hum.

Bill e Issa aún no estaban casados, pero si comprometidos, y él no sabía ni que estaba embarazada o de cuanto, pero, si decidían poner en marcha su plan de unirse en matrimonio como él y Alicia, ya podía sentir que en vez de mellizos ellos eran gemelos por todas las coincidencias que sin esperar parecían tener. Es decir, posiblemente su hermana llegaría a casarse con una barriga tan prominente como la de la rubia si decidía hacerlo, repitiendo de cierta manera lo que había pasado con él.

A veces la cantidad de cosas en las que coincidían daba escalofríos.

Sin darle muchas vueltas al asunto, Antares salio cerrando la puerta y dando unos pasos en el pasillo para encontrándose con el alto pelirrojo que se detuvo al hallarlo.

—Te estábamos esperando, el postre esta en la mesa —indico señalando con su pulgar hacia atrás por sobre su hombro, pero se confundió apenas al notar como su cuñado lo miraba—. ¿Pasa algo?

Antares sonrió cerrando los ojos y soltando el aire mientras ponía una mano en el hombro del pelirrojo para decir una simple palabra antes de continuar su camino a sabiendas de que dejaría a un muy confundido Bill atrás.

—Felicitaciones.

Como había pensado, él siguió y el alto hombre se giro a verlo unos segundos antes de volver la cabeza queriendo averiguar de cual habitación había salido mientras Antares pensaba en el momento del comedor donde Issa le había soltado seca la palabra que cambiaría su mundo. Pero ahora, ¿quién desconcertaba a quién?

Se sentía bien devolver la moneda.

𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora