35 ϟ Hermanos

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Los días pasaron más tranquilos que los anteriores, solo se enteraron de un ataque de mortifagos, pero dentro las destrucciones materiales no hubo ninguna vida perdida, así que eso calmo un poco a la mayoría, ya que tal vez no iban por el asesinato, sino por el infundir miedo creando caos.

Mientras tanto, en Hogwarts, era de noche e Issa se encontraba en la punta de la torre de astronomía parada en el borde de uno de los arcos mirando asustada el suelo y la enorme caída que sufriría si no tenía éxito. Tragando en seco, cerro los ojos levantando el rostro a medida que soltaba las columnas de las que se sostenía.

—Todo saldrá bien, todo saldrá bien —dijo en medio de un suspiro para convencerse, su estomago estando duro de tantos nervios.

Se quedo varios minutos más en esa posición haciendo control mental hasta que levanto un pie y lo dejo suspendido en el aire. Se concentro bien en lo que tenía que lograr y finalmente se lanzo al vacío. Mantuvo todo el tiempo los ojos cerrados sintiendo su cuerpo extraño, pero, cuando eso paso, levanto sus parpados y vio que no estaba muy lejos del suelo, así que movió con desesperación sus extremidades superiores como si quisiera volar y, para su sorpresa, lo hizo. Una enorme felicidad la invadió al ver como cada vez se alejaba más y más del suelo, a lo que quiso gritar de emoción, pero lo único que resonó en la noche fue un raro graznido.

Claro, se había convertido en su figura animaga: un águila coronada africana.

Agradecía que Tonks le hubiera prestado sus libros sobre animales muggle que su padre le había comprado cuando ella era niña, ya que así aprendió sobre su mundo y no se quedo solo con las criaturas mágicas, algo que le sirvió enormemente para identificar su patronus y lo que era.

Volando, giro su cabeza hacia la izquierda y vio su ala completamente extendida con las plumas de la punta moviéndose apenas al cortar el aire con su andar. Se sentía excelente el volar por sus propios medios sin la necesidad de una escoba en la que hacer equilibro, era ella y solo ella en estos momentos.

Sabiendo que ya lo había logrado por completo, volvió a la torre de astronomía y se transformo a su figura humana con una enorme sonrisa en sus labios, la cual se agrando al levantar su remera y verificar que allí ya no había plumas al haber logrado convertirse por completo. Una vez con los pies en la "tierra", respiro con tranquilidad y seguridad.

Una cosa menos por la que preocuparse.

—¿Saben de qué ira la fiesta de Slughorn? —pregunto Issa pinchando una papa frita, a lo que Hermione, Harry y Ginny negaron. La pelirroja había sido invitada tres días—. Sospecho que sera muy incomodo...

—¿Tienen vestido? —pregunto la Weasley viendo a sus dos amigas, las cuales sacudieron sus cabezas negativamente.

—No pensaba usar uno... pero ahora veo que sera algo formal —suspiro la Black en abatimiento.

—Debes conseguir uno para mañana —informo Hermione e Issa rodó los ojos: ya lo sabía.

—¿Y tu?

—Hoy me confirmaran si me prestan uno —contesto mientras Ron las veía en silencio.

Cuando las clases terminaron, Issa, volvió a la habitación y le escribió una carta a Bill pidiéndole que si podía le enviara uno de sus vestidos. No había llevado ese tipo de prenda creyendo que no necesitaría ese año, pero ahora veía que había sido una mala decisión y no quería desentonar con el resto de los invitados de esa noche, era una Black después de todo y tenía que mantener la elegancia de los sangre pura, no iba a permitir que comentaran que no se veía bien.

𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora