𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊

31 ϟ Sin vuelta atrás

Todos se movían en la Madriguera haciendo su rutina usual, era fin de semana y los que trabajaban podían estar tranquilos y relajados en la hogareña casa, pero todos se detuvieron y levantaron la cabeza al de repente escuchar la voz de Issa llamar a Bill.

¡Finalmente quería interactuar con alguien después de semanas aislada!

Molly sonrió aliviada y soltó un pesado aire que pareció estar incubando desde el momento en que la chica decidió estancarse en el último piso esperando a que todos se hubieran ido de la cocina para bajar a buscar que comer sin ser vista.

El mayor de los hermanos terminó de subir los escalones con sus botas de cuero y corrió la cortina viendo que Issa estaba sentada en medio de la cama mirando el infinito, pero cuando ingreso sonrió y abrió los brazos en pedido de un abrazo. Sin poder evitarlo, él imitó la mueca y puso la tela en su antigua posición antes de ir, subirse al colchón y estrecharla contra su pecho de manera fuerte y larga.

—¿Como estas?

—Mejor, dolerá por un tiempo pero después solo sera un recuerdo triste que llevare conmigo —aseguro con una pequeña sonrisa separándose de él.

—Me alegra que volvieras, estuviste bastante tiempo recluida aquí —dijo acomodándose y sentándose en frente con parte de sus piernas fuera de la cama.

—Lo sé, lamento si los preocupe, pero en serio no me sentía para hablar.

—No te preocupes —aseguro agarrando su mano y acariciándola con su pulgar.

—Estoy un poco desactualizada de todo y todos, cuéntame algo —pidió removiéndose en el lugar como si preparara para oír una historia.

—A nivel más general, Fudge se retiro de su puesto y hay un nuevo Ministro, esta poniendo muchas más seguridad, especialmente en Hogwarts, así que por ahora todo parece bien.

—Ah, si, creo haber visto algo en El Profeta hace dos semanas —asintió dejando de verlo para tratar de recordar—. ¿La familia? ¿Están todos bien?

—Si, más ahora que escucharon signos de vida tuyos —se mofo sonriendo e Issa rodó los ojos también sonriendo.

—¿Percy? Me pareció escuchar su voz hace unos días.

—Si, vino de visita. Las cosas están tensas pero hace lo mejor para volver a como antes, sin mencionar que lo ayudo a aflojar su actitud con algunas bromas mías.

—¿Sigue siendo ese tu pasatiempo preferido? ¿Molestar a Percy?

—Totalmente —rió con un asentimiento—. Y molestar no sé si es el termino correcto.

—Cuando se te ocurra un mejor termino, soy todo oídos —dijo mirándolo divertida—. ¿Tu como estas?

—¿Yo? Bien.

—Que escasa respuesta...

—Sabes que puedes preguntarme lo que quieras, así que se especifica.

—Um, por donde empezar... —murmuro haciendo la que pensaba—. ¿Como va todo con Fleur? ¿Ya están oficialmente juntos? —pregunto a conciencia de que la respuesta le dolería, porque después de sus reacciones hacia algunas cosas del pelirrojo no podía negar que sentía cosas por él.

—Ya no nos hablamos —respondió simple, e Issa se quedo congelada en el lugar.

—¿Eh? ¿¡Qué pasó!?

—En el tiempo que estuviste metida en esta cueva, Fleur vino de visita —confeso soltando su mano y apoyándose en un brazo para relajarse sobre este.