—Aquí estoy tío... qué desea...

— ¡Cállate que no te he dicho que hables! «Le gritó a su aparente sobrino mientras él se encogía aún más debido, estoy seguro, al miedo que sintió» ¡Ahora lárgate a seguir cocinando!

«El joven sin perder tiempo se retiró. Cuando miré a mi señor me hizo estremecer ya que era claro que estaba muy molesto por como lucía aquel muchacho.

—Ahora mi querido duque «habló el viejo con la voz melosa y desagradable mientras hacía extraños ruidos con la garganta», dígame si usted podría decir que fui yo o aquel desagradable muchacho el responsable de tal acto de maldad hacia la joven «Pero no dejó que mi señor le respondiera». A nuestro querido rey no le gustaría llevar a la horca a un inocente y más si se tiene el relato de una joven perturbada por los hechos tan bajos a los que fue expuesta. Estoy seguro que no podría asegurar con toda certeza, en nombre de nuestros libros sagrados, a quién fue que vio. Todo el reino sabe del monstruo del camino y no sería bueno para su majestad que comenzara una cacería de brujas sin más. Podría comenzarse a decir que el rey en su desesperación por culpar a alguien sería capaz de culpar a un inocente, eso haría que el pueblo se le subleve.

«Ese hombre tenía un punto valido a vista de mi señor. La voz de ese viejo era extraña y por un momento me quedé petrificado en mi lugar. Señor Conde, el asunto se había volteado de una fea manera, ya que jamás supimos que en esa granja viviera otra persona que no sea a quien nosotros pensábamos era el culpable, aun así, mi señor no se amilanó y siguió con su acusación».

—La joven pudo relatar cómo era la granja y cómo un hombre le destrozó un destino de bien por uno marcado por la vergüenza y deshonra «rebatió mi señor con seguridad en su tono de voz».

—Pero no le aseguró qué hombre «le respondió el miserable» ¿Está seguro que ella estaba en sus cabales? ¿Usted mi querido duque puede decir a ojos cerrados que fue un hombre quien la atacó? ¿Que fui yo? En esta casa vivimos dos personas, dos hombres, uno viejo y uno joven y también tengo a un grupo de personas trabajando en la granja para mí. Bien pudo haber sido alguno de ellos.

—Esto no ha terminado «Le aseguró molesto mi señor y salió como un vendaval de aquella casa, yo salí tras él protegiendo su espalda por si el viejo quería pasarse de listo y atacarlo mientras nos íbamos.»

«Al llegar a los caballos mi señor estaba demasiado exaltado y no paraba de dar vueltas en el mismo lugar repitiendo cada palabra que había dicho aquella única mujer que había sobrevivido a tan horrible y deplorable suceso. Aquella mujer que pudo escapar de aquel hombre salvaje y que ahora ese hombre desagradable ponía en tela de juicio su santo testimonio e intentaba así desvirtuar y deshonrar aún más a esa pobre alma.»

—Mi señor «intenté llamar su atención porque me estaba preocupando». Por favor debemos irnos «insistí».

—Ese hombre tiene razón, Guy «me dijo con rabia en el tono de la voz», esa joven solo nos dijo que estuvo en esta granja, pero no quien le hizo lo que le hizo, bien puede haber sido cualquiera. «Habló más para él que para mí». Ella debía haber sido más concreta en su testimonio y no solo hablar por hablar. No podemos poner en riesgo la integridad del mando de nuestra majestad, aun así, tampoco podemos dejar sin justicia a esa pobre desdichada, debemos ser cautelosos.

«En ese momento, era obvio que mi señor estaba muy fastidiado por cómo habían ido las cosas en esa casa y así lo demostraba su actuar. Él daba pasos tras pasos en círculos sin detenerse. Yo me sentía muy nervioso, no sabía qué hacer ni qué decir para tranquilizarlo. Hasta que miré hacia la casa y pude ver que desde una de las ventanas más alejadas estábamos siendo vigilados por alguien que no podría describirlo debido a la lejanía».

—Mi señor, debemos irnos, nos están observando «le dije».

«Esto hizo que se detuviera a observar hacia la casa, en su mirada podía ver la impotencia que sentía en ese instante. Ambos vimos cómo la ventana era cerrada al ver que nos habíamos percatado de su vigilia. Cuando pensé que nos iríamos él me habló muy serio».

—Guy «me dijo sin mirarme», en cuanto lleguemos a la finca escribiré una nota que deberá ser llevada de inmediato a su señoría Lemonie, la cual darás a uno de los mensajeros del pueblo para que la lleve de inmediato y sin demora a su destino «en ese momento montó a su caballo, y yo hice lo mismo». Escúchame bien «añadió», después que hagas este encargo, irás al pueblo y averiguaras quién es ese joven que está viviendo con el viejo y por qué los hombres que envié a investigar no me informaron nada sobre este muchacho.

—Sí mi señor, lo que usted me mande y ordene.

—Vamos sin demora, esta noche volveremos aquí y echaremos una mirada a esa casa y a ese granero.

«Sin esperar respuesta mía, cabalgó sin detenerse. Yo lo seguí con el corazón en la boca y con el deseo ferviente que todo terminara con bien».

El Camino al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora